Los yihadistas intentaron tomar ayer la ciudad
de Baquba, a 60 kilómetros de Bagdad, una semana después del inicio de
su ofensiva en Irak, que poco a poco se hunde en el caos.
El enviado especial de la ONU en Bagdad, Nickolay Mladenov, dijo en una entrevista que la ofensiva yihadista, que empezó el 9 de junio, era una "amenaza de muerte" para Irak y la región.
En una semana, los yihadistas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) ha tomado el control de Mosul, la segunda ciudad de Irak, de gran parte de su provincia de Nínive (norte), de Tikrit y de otros sectores de la provincias de Saladino, Diyala (este) y Kirkuk (norte).
En la madrugada del martes, los yihadistas "lanzaron un ataque con armas automáticas" contra Baquba, a 60 km al noroeste de Bagdad, pero las fuerzas de seguridad lograron repelerlo, indicó el general Abdelamir Mohamed Reda.
Al este de Samarra (110 km al norte de Bagdad), la policía iraquí anunció haber encontrado los cadáveres de 18 miembros de las fuerzas iraquíes, con disparos en la cabeza y el pecho. Aún no queda claro si murieron en combate o fueron ejecutados.
Combates a 60 km de Bagdad
A un centenar de kilómetros de la frontera con Siria, los yihadistas tomaron gran parte de la ciudad de Tal Afar (situada a 380 km al noroeste de Bagdad), indicó un responsable del consejo de la provincia de Nínive.
Cincuenta civiles y varias decenas de insurgentes y de miembros de las fuerzas de seguridad murieron en estos combates, según esta fuente.
Unas 200.000 personas - es decir la mitad de la población de Tal Afar y sus alrededores - han huido en los últimos días, según un responsable municipal.
Esta ciudad, en el camino hacia la frontera siria, es clave para los yihadistas del EIIL, que quieren crear un Estado islámico en la zona fronteriza y ocupan ya varias zonas en Siria.
En la provincia multiétnica de Kirkuk, los yihadistas tomaron Multaqa, pero fueron expulsados por las fuerzas de seguridad de Bachir.
Por otra parte, once personas murieron en la explosión de un coche bomba en un barrio de mayoría chiita de la capital iraquí, en la cual los insurgentes prometieron "entrar".
En este contexto, el primer ministro Nuri al Maliki destituyó el martes a varios comandantes de alto rango de las fuerzas de seguridad por su incapacidad para hacer frente al avance de la ofensiva yihadista.
Entre los cesados, se encuentra el general Mahdi al Gharawi, comandante en jefe de la provincia de Nínive (norte), la primera en caer bajo el control de los yihadistas del EIIL.
El primer ministro ordenó además la formación de consejos de disciplina para investigar sobre los casos de oficiales que "abandonaron sus posiciones".
Al Maliki acusó a Arabia Saudita de apoyar a los "grupos terroristas" en Irak. "Consideramos a (Arabia Saudita) como responsable de las ayudas financieras y morales que (estos) grupos reciben", indicó la oficina del primer ministro.
Arabia Saudita había acusado abiertamente el lunes a Maliki de haber llevado a Irak al borde del abismo por su política de exclusión de los sunitas y exigió la formación de un gobierno de unidad nacional.
El martes, altos responsables sunitas y chiitas, incluyendo a Maliki y a su rival, el presidente del Parlamento Osama al Nujaifi, se comprometieron a proseguir el diálogo y preservar la unidad del país, según un comunicado leído por televisión.
Preocupación internacional
Un camarógrafo iraquí murió y un corresponsal de la misma cadena de televisión resultó herido el martes en el norte de Bagdad mientras cubrían la ofensiva de los yihadistas, indicó la televisión iraquí para la que trabajaban.
La ofensiva yihadista preocupa a la comunidad internacional, empezando por Estados Unidos, que en 2011 retiró sus últimas tropas de Irak tras ocho años de presencia.
Mientras que Estados Unidos, Australia y la ONU comenzaron a retirar una parte de su personal diplomático de Bagdad, Turquía evacuó el martes su consulado en Basora, en el sur de Irak, una semana tras el ataque de su consulado en Mosul (norte). Ankara justificó esta decisión por el "aumento de los riesgos" en la región.
El secretario de Estado norteamericano John Kerry anunció que Barack Obama está estudiando "minuciosamente todas las opciones a su disposición" para frenar la ofensiva, entre ellas ataques aéreos con drones o incluso con aviones de combate.
Obama - quien invitó a los cuatro dirigentes del Congreso para abordar el miércoles la crisis iraquí - anunció además el despliegue de 275 militares "equipados para combatir", destinados a proteger la embajada de Estados Unidos en Bagdad.
Irán ofreció su ayuda a su aliado, Bagdad, y unos 5.000 iraníes se ofrecieron como voluntarios para defender los lugares sagrados chiitas en Irak, según un sitio conservador iraní.
La crisis levanta además la preocupación de los mercados petroleros. Existen grandes riesgos en la producción petrolera en Irak, indicó la Agencia Internacional de la Energía.
El enviado especial de la ONU en Bagdad, Nickolay Mladenov, dijo en una entrevista que la ofensiva yihadista, que empezó el 9 de junio, era una "amenaza de muerte" para Irak y la región.
En una semana, los yihadistas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) ha tomado el control de Mosul, la segunda ciudad de Irak, de gran parte de su provincia de Nínive (norte), de Tikrit y de otros sectores de la provincias de Saladino, Diyala (este) y Kirkuk (norte).
En la madrugada del martes, los yihadistas "lanzaron un ataque con armas automáticas" contra Baquba, a 60 km al noroeste de Bagdad, pero las fuerzas de seguridad lograron repelerlo, indicó el general Abdelamir Mohamed Reda.
Al este de Samarra (110 km al norte de Bagdad), la policía iraquí anunció haber encontrado los cadáveres de 18 miembros de las fuerzas iraquíes, con disparos en la cabeza y el pecho. Aún no queda claro si murieron en combate o fueron ejecutados.
Combates a 60 km de Bagdad
A un centenar de kilómetros de la frontera con Siria, los yihadistas tomaron gran parte de la ciudad de Tal Afar (situada a 380 km al noroeste de Bagdad), indicó un responsable del consejo de la provincia de Nínive.
Cincuenta civiles y varias decenas de insurgentes y de miembros de las fuerzas de seguridad murieron en estos combates, según esta fuente.
Unas 200.000 personas - es decir la mitad de la población de Tal Afar y sus alrededores - han huido en los últimos días, según un responsable municipal.
Esta ciudad, en el camino hacia la frontera siria, es clave para los yihadistas del EIIL, que quieren crear un Estado islámico en la zona fronteriza y ocupan ya varias zonas en Siria.
En la provincia multiétnica de Kirkuk, los yihadistas tomaron Multaqa, pero fueron expulsados por las fuerzas de seguridad de Bachir.
Por otra parte, once personas murieron en la explosión de un coche bomba en un barrio de mayoría chiita de la capital iraquí, en la cual los insurgentes prometieron "entrar".
En este contexto, el primer ministro Nuri al Maliki destituyó el martes a varios comandantes de alto rango de las fuerzas de seguridad por su incapacidad para hacer frente al avance de la ofensiva yihadista.
Entre los cesados, se encuentra el general Mahdi al Gharawi, comandante en jefe de la provincia de Nínive (norte), la primera en caer bajo el control de los yihadistas del EIIL.
El primer ministro ordenó además la formación de consejos de disciplina para investigar sobre los casos de oficiales que "abandonaron sus posiciones".
Al Maliki acusó a Arabia Saudita de apoyar a los "grupos terroristas" en Irak. "Consideramos a (Arabia Saudita) como responsable de las ayudas financieras y morales que (estos) grupos reciben", indicó la oficina del primer ministro.
Arabia Saudita había acusado abiertamente el lunes a Maliki de haber llevado a Irak al borde del abismo por su política de exclusión de los sunitas y exigió la formación de un gobierno de unidad nacional.
El martes, altos responsables sunitas y chiitas, incluyendo a Maliki y a su rival, el presidente del Parlamento Osama al Nujaifi, se comprometieron a proseguir el diálogo y preservar la unidad del país, según un comunicado leído por televisión.
Preocupación internacional
Un camarógrafo iraquí murió y un corresponsal de la misma cadena de televisión resultó herido el martes en el norte de Bagdad mientras cubrían la ofensiva de los yihadistas, indicó la televisión iraquí para la que trabajaban.
La ofensiva yihadista preocupa a la comunidad internacional, empezando por Estados Unidos, que en 2011 retiró sus últimas tropas de Irak tras ocho años de presencia.
Mientras que Estados Unidos, Australia y la ONU comenzaron a retirar una parte de su personal diplomático de Bagdad, Turquía evacuó el martes su consulado en Basora, en el sur de Irak, una semana tras el ataque de su consulado en Mosul (norte). Ankara justificó esta decisión por el "aumento de los riesgos" en la región.
El secretario de Estado norteamericano John Kerry anunció que Barack Obama está estudiando "minuciosamente todas las opciones a su disposición" para frenar la ofensiva, entre ellas ataques aéreos con drones o incluso con aviones de combate.
Obama - quien invitó a los cuatro dirigentes del Congreso para abordar el miércoles la crisis iraquí - anunció además el despliegue de 275 militares "equipados para combatir", destinados a proteger la embajada de Estados Unidos en Bagdad.
Irán ofreció su ayuda a su aliado, Bagdad, y unos 5.000 iraníes se ofrecieron como voluntarios para defender los lugares sagrados chiitas en Irak, según un sitio conservador iraní.
La crisis levanta además la preocupación de los mercados petroleros. Existen grandes riesgos en la producción petrolera en Irak, indicó la Agencia Internacional de la Energía.
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