lunes, 19 de agosto de 2013

Los Hermanos Musulmanes denuncian detención de 400 dirigentes en últimos días.

EFE
El Cairo, Egipto
Los Hermanos Musulmanes denunciaron hoy la detención de al menos 400 de sus dirigentes en los tres últimos días, y acusaron a las autoridades egipcias de haber torturado y calcinado a 36 detenidos cuando eran trasladados ayer a una prisión.
Ahmed Abu Baraka, abogado de la Hermandad, aseguró en una rueda de prensa que los responsables de la agrupación han sido puestos en detención preventiva durante 15 días, y se les ha prohibido contactar con sus abogados o recurrir sus órdenes de detención.
El portavoz del denominado Frente de Defensa de los Detenidos, Mustafa Azab, señaló que los cuerpos de los 36 arrestados que murieron ayer en un confuso incidente en el norte de El Cairo permanecen en un depósito de cadáveres.
Azab agregó que las autoridades se niegan a entregar los cuerpos a sus familias a menos que estas reconozcan que murieron asfixiados.
"Ahora planean asesinar a los dirigentes de los Hermanos detenidos tal y como asesinaron ayer a los que estaban arrestados, aunque no llevaban armas y no cometieron ningún delito", denunció Abu Baraka, quien pidió la formación de una comisión independiente que investigue el suceso.
Según la versión de las autoridades, los 36 detenidos murieron al amotinarse en el convoy que los trasladaba a una cárcel en el norte de El Cairo y secuestrar a un policía, lo que motivó la actuación de los cuerpos de seguridad con gases lacrimógenos, que supuestamente causaron su muerte por asfixia.
Azab descartó que los detenidos muriesen asfixiados y aseguró que fueron torturados y posteriormente calcinados por los policías, que intentaron así esconder las señales de las torturas.
Durante la rueda de prensa, el Frente de Defensa de los Detenidos denunció, asimismo, las supuestas violaciones de derechos humanos cometidas por la Policía y el Ejército durante el desmantelamiento el miércoles pasado de las protestas de los islamistas en las plazas cairotas de Rabea al Adauiya y Nahda.
"Lo que ocurrió en Rabea y Nahda es un auténtico genocidio y desde entonces el derramamiento de sangre no ha parado un solo día. Cada día se registra una violación sin precedentes, no hay protección para la oposición al golpe", dijo Azab.
Desde el pasado miércoles la violencia se ha desatado en Egipto, donde los islamistas organizan marchas diarias para rechazar el derrocamiento del presidente Mohamed Mursi el pasado 3 de julio por el Ejército.

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