Villavicencio (Colombia),.-El aeropuerto de la ciudad colombiana de Villavicencio se convirtió en una algarabía de flores y pañuelos blancos para recibir, entre aplausos y muestras de afecto, a los tres policías y el soldado liberados este domingo por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Tras casi doce horas de tensa espera, se completó así la primera fase de un complejo operativo que originó el regreso a la libertad de estos cuatro agentes del orden secuestrados en 2007.
Se trata de los policías Walter José Lozano Guarnizo, Alexis Torres Zapata y Juan Fernando Galicia Uribe, quienes eran miembros de la unidad antisecuestros (Gaula) e investigaban un rapto cuando fueron capturados en el sureño y selvático departamento de Caquetá.
El cuarto colombiano que salió hoy del infierno es el soldado del Ejército William Giovanny Domínguez Castro, a quien las FARC capturaron el 20 de enero del 2007 después de un combate, también en Caquetá, en el que sus compañeros lo dieron por muerto.
"Tenemos que luchar por todos los prisioneros que están en las selvas, tenemos que rescatarlos", gritó emocionado Torres Zapata, de 26 años ante los reporteros que durante horas aguardaron ese momento.
Todos agradecieron a los medios de comunicación su contribución, pero sobre todo al movimiento Colombianos por la Paz, liderado por la senadora Piedad Córdoba, mediadora en esta operación humanitaria.
El policía Juan Fernando Galicia pidió a sus compañeros que siguen cautivos que tengan fe: "Sin duda alguna con la colaboración de la senadora pueden salir este año", matizó al recordar que lo más duro del cautiverio fue sobrevivir a los cordones de seguridad del Ejército.
Los cuatro dieron emotivas declaraciones a la prensa en la pista del aeropuerto de Villavicencio, entre frases entrecortadas y en las que siempre se escuchaba la palabra "gracias".
Un final feliz para una jornada compleja que tuvo visos de hacer fracasar la misión cuando la cadena Telesur informó desde Caracas que uno de los testigos, el periodista Jorge Enrique Botero, había denunciado hostigamiento de las fuerzas armadas sobre el equipo humanitario.
A su llegada a Villavicencio, junto a los liberados, Botero confirmó estos hechos y dijo que una serie de sobrevuelos de aparatos militares "por poco dan al traste" con las liberaciones.
El periodista dijo que tiene pruebas fehacientes en audio y vídeo de los sobrevuelos "notorios, abundantes y reiterativos" que, según comentó, se produjeron durante dos horas mientras tenía lugar la entrega.
Aquello generó un "enorme nerviosismo", aunque finalmente todo salió adelante gracias a la actitud de los delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), de los integrantes de Colombianos por la Paz, de los pilotos brasileños y de los propios guerrilleros.
Esta misión, liderada por la senadora Piedad Córdoba y coordinada por la Cruz Roja, se realizó en helicópteros prestados por el Gobierno de Brasil que llevaban logotipos del organismo humanitario.
El Gobierno, por su lado, celebró las liberaciones y exigió a las FARC que entreguen sin condiciones a todos los secuestrados, pero fue tajante al negar las acusaciones de Botero.
El comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, insistió en que las operaciones militares cesaron durante el operativo y que el Gobierno ha ofrecido todas las garantías, al considerar falsos esos supuestos sobrevuelos.
Por su lado, el soldado liberado William Giovanny Domínguez Castro dijo a RCN que él y sus compañeros nunca escucharon nada que indique que hubo operativos y bombardeos mientras se producía la entrega.
La Cruz Roja Internacional fue cauta y pidió calma y tiempo, porque antes de llegar a mayores hay que culminar este operativo que está compuesto de tres fases y hoy sólo se completó la primera.
Y es que esta misma misión humanitaria partirá la próxima madrugada a un lugar desconocido en busca del ex gobernador del Meta Alan Jara, quien fue secuestrado en 2001 y al que las FARC se han comprometido a liberar este lunes.
Para el miércoles está previsto el regreso a la libertad del ex diputado del Valle del Cauca Sigifredo López, cautivo desde 2002 y quien por fortuna se salvo de la matanza a la que fueron sometidos sus compañeros legisladores en 2007, durante un confuso enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad y la guerrilla. EFE
Tras casi doce horas de tensa espera, se completó así la primera fase de un complejo operativo que originó el regreso a la libertad de estos cuatro agentes del orden secuestrados en 2007.
Se trata de los policías Walter José Lozano Guarnizo, Alexis Torres Zapata y Juan Fernando Galicia Uribe, quienes eran miembros de la unidad antisecuestros (Gaula) e investigaban un rapto cuando fueron capturados en el sureño y selvático departamento de Caquetá.
El cuarto colombiano que salió hoy del infierno es el soldado del Ejército William Giovanny Domínguez Castro, a quien las FARC capturaron el 20 de enero del 2007 después de un combate, también en Caquetá, en el que sus compañeros lo dieron por muerto.
"Tenemos que luchar por todos los prisioneros que están en las selvas, tenemos que rescatarlos", gritó emocionado Torres Zapata, de 26 años ante los reporteros que durante horas aguardaron ese momento.
Todos agradecieron a los medios de comunicación su contribución, pero sobre todo al movimiento Colombianos por la Paz, liderado por la senadora Piedad Córdoba, mediadora en esta operación humanitaria.
El policía Juan Fernando Galicia pidió a sus compañeros que siguen cautivos que tengan fe: "Sin duda alguna con la colaboración de la senadora pueden salir este año", matizó al recordar que lo más duro del cautiverio fue sobrevivir a los cordones de seguridad del Ejército.
Los cuatro dieron emotivas declaraciones a la prensa en la pista del aeropuerto de Villavicencio, entre frases entrecortadas y en las que siempre se escuchaba la palabra "gracias".
Un final feliz para una jornada compleja que tuvo visos de hacer fracasar la misión cuando la cadena Telesur informó desde Caracas que uno de los testigos, el periodista Jorge Enrique Botero, había denunciado hostigamiento de las fuerzas armadas sobre el equipo humanitario.
A su llegada a Villavicencio, junto a los liberados, Botero confirmó estos hechos y dijo que una serie de sobrevuelos de aparatos militares "por poco dan al traste" con las liberaciones.
El periodista dijo que tiene pruebas fehacientes en audio y vídeo de los sobrevuelos "notorios, abundantes y reiterativos" que, según comentó, se produjeron durante dos horas mientras tenía lugar la entrega.
Aquello generó un "enorme nerviosismo", aunque finalmente todo salió adelante gracias a la actitud de los delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), de los integrantes de Colombianos por la Paz, de los pilotos brasileños y de los propios guerrilleros.
Esta misión, liderada por la senadora Piedad Córdoba y coordinada por la Cruz Roja, se realizó en helicópteros prestados por el Gobierno de Brasil que llevaban logotipos del organismo humanitario.
El Gobierno, por su lado, celebró las liberaciones y exigió a las FARC que entreguen sin condiciones a todos los secuestrados, pero fue tajante al negar las acusaciones de Botero.
El comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, insistió en que las operaciones militares cesaron durante el operativo y que el Gobierno ha ofrecido todas las garantías, al considerar falsos esos supuestos sobrevuelos.
Por su lado, el soldado liberado William Giovanny Domínguez Castro dijo a RCN que él y sus compañeros nunca escucharon nada que indique que hubo operativos y bombardeos mientras se producía la entrega.
La Cruz Roja Internacional fue cauta y pidió calma y tiempo, porque antes de llegar a mayores hay que culminar este operativo que está compuesto de tres fases y hoy sólo se completó la primera.
Y es que esta misma misión humanitaria partirá la próxima madrugada a un lugar desconocido en busca del ex gobernador del Meta Alan Jara, quien fue secuestrado en 2001 y al que las FARC se han comprometido a liberar este lunes.
Para el miércoles está previsto el regreso a la libertad del ex diputado del Valle del Cauca Sigifredo López, cautivo desde 2002 y quien por fortuna se salvo de la matanza a la que fueron sometidos sus compañeros legisladores en 2007, durante un confuso enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad y la guerrilla. EFE
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