MIAMI/AP.- Un músico talentoso y maestro entre cuyos estudiantes de piano estaban los hijos de sus vecinos mató a balazos a su esposa y dos hijas y luego se suicidó en la casa familiar en Miami, dijo la policía, dejando a quienes lo describen como amigable y servicial preguntándose qué ocurrió.
La policía identificó la mañana del miércoles último a las víctimas como Pablo Josué Amador, de 53 años, su esposa María, de 45, y sus hijas Prescilla y Rosa, de 14 y 13 años respectivamente. Un hijo adolescente escapó ileso de la balacera, llamó al teléfono de emergencias 911 a las 5:58 a.m. y huyó de la casa, señaló la policía.
Una biografía de Amador colocada en un sitio de internet anunciando sus clases de piano dice que comenzó estudiar música en La Habana y después obtuvo una licenciatura en Estados Unidos.
La Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos tiene registradas 36 composiciones de él y varias fotografías. Entre las canciones que escribió, muchas en español, están "Beautiful Boy" y "Rose of Love", así como varias piezas religiosas.
Sarait Betancourt, una conductora de autobús de 44 años que vive cerca de la familia, dijo que Amador era un inmigrante cubano que daba clases de piano a sus hijos, de 9 y 10 años, en la casa de él un vez a la semana desde el 2006.
"Era una persona maravillosa y un profesor estupendo", comentó. "La gente que entraba a su casa respiraba paz", señaló.
Las dos hijas asesinadas de Amador, su hijo de 16 años y una hija que estudia en la universidad, todos, son pianistas destacados y actuaban juntos en la iglesia y en casa como Los Galileos, agregó Betancourt. Amador señala en su sitio de internet que produjo 13 discos compactos de sus hijos.
Las autoridades no han confirmado que exista una cuarta hermana, ni han señalado dónde se encuentra el hijo en este momento.
Gregorio Montesino, quien vive en la cercanía, dijo que siempre se podía escuchar música saliendo de la casa y que los niños jugaban frecuentemente en su piscina. Señaló que Amador siempre lo saludaba.
Los vecinos dijeron que Amador también trabajaba en una tienda de música. Su esposa tenía títulos de enfermería y directivos del Proyecto de Miami para Curar la Parálisis confirmaron que ella era directora de educación allí, instruyendo sobre lesiones de médula espinal y respondiendo llamadas de pacientes buscando al doctor adecuado.
Por la tarde, todas las víctimas habían sido sacadas de la casa. La única señal de que había sucedido algo en la calle tranquila era la fila de camiones de televisoras. Pero las preguntas continúan.
"Estoy confundida", dijo Thelma Vallecillo, de 48 años, cuya hija de 13 años tomó clases de piano en la casa. "No comprendo", agregó.
viernes, 27 de febrero de 2009
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