El mejor duelo de la ceremonia fue el que presenciamos entre Angelina Jolie y Jennifer Aniston,
en el que no saltaron chispas reales, pero en el que sí se intuyó una hoguera de vanidades.
Está claro que un homber como Brad Pitt levanta pasiones, y claro está que por muy guapa que sean, siempre se pelearán por él.
Se intuían miradas, pensamientos cruzadas, palabras no dichas, toda una guerra fría de esas de altos vuelos.
Se intuían miradas, pensamientos cruzadas, palabras no dichas, toda una guerra fría de esas de altos vuelos.
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