martes, 24 de febrero de 2009

Escopeta con la que niño de 11 años habría asesinado madrastra fue regalo navideño de su padre


NUEVA YORK/Nuevodiario_ La escopeta calibre 20 con la que el niño de 11 años de edad Jordan Brown, asesinó supuestamente el sábado último en el poblado de Wamtum (Pensilvania) a su madrastra embarazada, fue un regalo de navidad de parte de su padre, porque al muchacho le gusta la caza de aves al igual que a su progenitor.
El periódico local Free Republic (República Libre) dijo en su edición de ayer que la información ha sido confirmada por familiares, la policía y amigos de los Brown. El niño, por motivos que aún no se han revelado, tomó la potente arma y disparó un cartuchazo a la cabeza de su madre de crianza Kenzie Houk, que tenía ocho meses de embarazo. Jordan, está acusado también de asesinar a un “bebé aún por nacer” (feto) según indicó el Fiscal de Distrito que además anunció que el menor será juzgado como un adulto por los crímenes, aunque el abogado del niño homicida, comenzó ayer lunes la batalla legal para que sea trasladado de la cárcel municipal a un centro juvenil de corrección y enjuiciado como un menor.
El padre del niño – Chris Bronw – lo entrenaba todos los días para que aprendiera a dominar las armas de caza y escogió un bosque situado en la parte trasera de la residencia situada en la granja de su propiedad.
Ellos heredan la inclinación por la caza de sus familiares primarios e incluso la propia víctima lo hacía. El rotativo dijo que el padre alentaba a su hijo para que escogiera su arma favorita. Jordan mató a su madrastra cuando ésta estaba en la cama de su habitación. Ayer lunes, su abogado Elisco Dennos gestionaba una fianza para que el muchacho saliera en liberta de la prisión del condado Lawrence y descartó que fuera el chico quien ultimara a la mujer.
“Aquí, no hay motivos claros para que el muchacho hiciera esto. El es inocente de ese crimen”, agregó el jurista defensor. “Salí de la cárcel convencido de que el niño es inocente después que hablé con él”, sostuvo el abogado del menor. “Creo que él (el niño) no es el asesino”.
Por su parte, Charles Warden Adamo, jefe de la oficina del Sheriff en Lawrence, dijo que el niño no puede pasar más tiempo junto a una población de 300 presos adultos. La celda en la que se recluyó al niño mide 10 x 8 pies y es supervisado cada 15 minutos por funcionarios de corrección.
La estadía en prisión del menor, podría, según expertos en sicología infantil, ponerlo en eminente riesgo. No puede recibir visitas, excepto la de su abogado. Tampoco hay uniformes a su medida y no puede bañarse porque se tendría que bloquear todo un pabellón para que reclusos adulos no se acerquen a él, especialmente aquellos que purgan condenas por ser violadores sexuales.

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