CIUDAD JUAREZ, México (AP).- Un guardaespaldas murió y dos resultaron heridos cuando hombres armados atacaron el convoy en el que viajaba el gobernador de Chihuahua, uno de los estados del norte más afectados por el narcotráfico.
El ataque ocurrió la noche del domingo en Chihuahua, capital de estado del mismo nombre y a unos 1.200 kilómetros al noroeste de la ciudad de México, informó horas después el propio gobernador José Reyes Baeza, quien afirmó que en ningún momento hubo una agresión directa contra su vehículo.
Uno de los agresores resultó herido y su estado de salud se reportaba como delicado. El gobernador, quien canceló un viaje a la capital mexicana que realizaría el lunes, descartó especular sobre un posible intento de atentado en su contra.
“No queremos especular, hacer comentarios que no nos constan”, dijo. Agregó que pedirá la participación de la Procuraduría General de la República (PGR) para esclarecer el caso, debido a que las armas utilizadas por los atacantes eran de alto calibre.
En el área de prensa de la PGR dijeron el lunes a la AP que hasta el momento el caso no ha pasado a ese organismo.
El gobernador informó el lunes se dedicará a participar en los funerales de su escolta muerto, y analizar con su guardia personal medidas para reforzar su seguridad.
Apenas el viernes en Ciudad Juárez, la localidad fronteriza de Chihuahua que más violencia del narcotráfico ha registrado, el jefe de la policía local anunció su renuncia luego de que el crimen organizado advirtiera que si no lo hacía asesinaría más agentes. El secretario de Seguridad Pública Juárez, Roberto Orduña, informó su salida del cargo apenas unas horas después de que un comando asesinó a un agente policial y a un guardia de una prisión.
Los cuerpos de los agentes habían sido marcados con mensajes en los que se decía que habían cumplido la promesa de asesinar al menos a un policía cada 48 horas hasta que Orduña renunciara.
La violencia del crimen organizado y los carteles de las drogas se tradujo en más de 6.000 asesinatos en 2008. Más de 1.200 de los crímenes ocurrieron sólo en Ciudad Juárez. El presidente Felipe Calderón mantiene desplegados a miles de soldados y agentes federales para intentar contener la violencia y atacar a los grupos del crimen organizado.
El ataque ocurrió la noche del domingo en Chihuahua, capital de estado del mismo nombre y a unos 1.200 kilómetros al noroeste de la ciudad de México, informó horas después el propio gobernador José Reyes Baeza, quien afirmó que en ningún momento hubo una agresión directa contra su vehículo.
Uno de los agresores resultó herido y su estado de salud se reportaba como delicado. El gobernador, quien canceló un viaje a la capital mexicana que realizaría el lunes, descartó especular sobre un posible intento de atentado en su contra.
“No queremos especular, hacer comentarios que no nos constan”, dijo. Agregó que pedirá la participación de la Procuraduría General de la República (PGR) para esclarecer el caso, debido a que las armas utilizadas por los atacantes eran de alto calibre.
En el área de prensa de la PGR dijeron el lunes a la AP que hasta el momento el caso no ha pasado a ese organismo.
El gobernador informó el lunes se dedicará a participar en los funerales de su escolta muerto, y analizar con su guardia personal medidas para reforzar su seguridad.
Apenas el viernes en Ciudad Juárez, la localidad fronteriza de Chihuahua que más violencia del narcotráfico ha registrado, el jefe de la policía local anunció su renuncia luego de que el crimen organizado advirtiera que si no lo hacía asesinaría más agentes. El secretario de Seguridad Pública Juárez, Roberto Orduña, informó su salida del cargo apenas unas horas después de que un comando asesinó a un agente policial y a un guardia de una prisión.
Los cuerpos de los agentes habían sido marcados con mensajes en los que se decía que habían cumplido la promesa de asesinar al menos a un policía cada 48 horas hasta que Orduña renunciara.
La violencia del crimen organizado y los carteles de las drogas se tradujo en más de 6.000 asesinatos en 2008. Más de 1.200 de los crímenes ocurrieron sólo en Ciudad Juárez. El presidente Felipe Calderón mantiene desplegados a miles de soldados y agentes federales para intentar contener la violencia y atacar a los grupos del crimen organizado.
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