NUEVA YORK.- Decenas de agentes del FBI, ayudados por aviones de reconocimiento y por helicópteros, “peinan” las playas de Suffolk County –a un centenar de kilómetros de Nueva York- a la busca de posibles nuevas víctimas y de pistas que permitan identificar al autor de las muertes.
Hasta la fecha, desperdigados en varios de kilómetros de zona costera, han aparecido los restos de hasta diez personas. Los primeros cuerpos fueron encontrados en las cercanías de Oak Beach en diciembre: se trataba de cuatro prostitutas con las que el asesino entró posiblemente en contacto a través de anuncios publicados en el sitio web Craigslist.
Pero los restos hallados en los últimos días pertenecen aparentemente a hombres y mujeres de edad diversa (en un caso, incluso, se han encontrado el cráneo y los huesos de un niño pequeño). El único punto en común es que fueron asesinados en otro lugar y posiblemente desmembrados antes de diseminar los cadáveres, lo que dificulta aún más su identificación.
La policía no descarta que se trate de más de un asesino. También se baraja la hipótesis de que estemos ante un ex agente o alguien con un conocimiento muy directo de los métodos de investigación policial, dado su empeño escrupuloso en no dejar la mínima pista.
La cadena ABC reveló esta semana el testimonio de Amanda Barthelemy, hermana de una de las prostitutas asesinadas. El asesino la llamó varias veces usando el teléfono móvil de su hermana, Melissa, para comunicarle que su hermana "era una puta". Las llamadas duraron menos de tres minutos y acaban habitualmente con improperios e insultos.
El avanzado estado de descomposición de los cadáveres –en algunos casos se han encontrado sólo huesos- dificultan aún las más las pesquisas. Hasta la fecha, el FBI sólo ha llegado hasta un proxeneta, Akeem Cruz, que al parecer contrató los anuncios de alguna de las prostitutas asesinadas en Craiglist. Los investigadores lo han interrogado y han buceado en su ordenador personal a la busca de indicios.
“Esto no es un episodio de CSI”, ha advertido esta semana el jefe de Policía de Suffolk, Richard Dormer. “Esta es una investigación intensiva y a largo plazo, con el uso de sofisticada tecnología y con el buen trabajo de detectives a la vieja usanza”.
Dormer anunció que los vuelos de reconocimiento en las costas de Long Island comenzarían a finales de semana, aunque el mal tiempo ha dificultado las tareas. Decenas de agentes del FBI y de policías locales siguen recorriendo entre tanto a pie y en barcas una extensa franja de varios kilómetros, a la busca de posibles nuevos restos.
“Si la policía tiene dificultad en saber quiénes son las víctimas, más difícil aún resultará saber quién es el asesino”, reconoce el criminólogo James Alan Fox, en declaraciones al Christian Science Monitor. “Casos así son muy difíciles de resolver: el país está lleno de casos no resueltos de prostitutas asesinadas, porque la policía llega a un punto muerto en la investigación y no sabe cómo avanzar. Generalmente, para resolver estas situaciones, la policía tiene que tener un golpe de suerte, y eso no ha ocurrido aún”.
“Los asesinos en serie han sido casi siempre aprehendidos gracias a alguna víctima que sobrevive”, advierte por su parte el forense Louis Schlesinger, de la City University de Nueva York. “Esto suele ocurrir habitualmente al principio, cuando el asesino aún no ha perfeccionado su técnica”.
En el caso de Joel Rifkin, conocido como el “carnicero” de Long Island y encarcelado por el asesinato de nueve prostitutas (se calcula que pudieron ser hasta 17), la policía dio con él cuando fue detenido “accidentalmente” por circular con la matrícula caída. Otro notorio “serial killer”, Theodore Bundy, fue arrestado cuando conducía en una furgoneta Volkswagen robada.
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