Las humildes viviendas del distrito municipal de Arroyo Toro-Masipedro se llenan de polvo cada vez que pasa un vehículo por su pedregosa carretera.
Hace más de diez años que los moradores de esa localidad del municipio de Bonao, provincia Monseñor Nouel, reciben promesas de los gobiernos de que ejecutarán la obra.
En varias ocasiones, aseguran los pobladores, han celebrado que se aprobara el presupuesto y se estacionaran las maquinarias pesadas a orillas de la vía. En poco tiempo los ven retirarse sin ni siquiera iniciar los trabajos.
A lo largo de esa carretera de nueve kilómetros hacen falta tres puentes, sobre los ríos Yaso, Corbinato y Masipedro. Este último es el más grande y el de mayor urgencia, porque cuando llueve se desborda y deja a la zona incomunicada por varios días.
El puente de Masipedro se empezó a construir hace unos ocho años. Los obreros sólo llegaron a colocar algunas columnas. En la tierra quedaron en reposo una veintena de vigas de cemento que ya presentan las varillas oxidadas y son arropadas por la hierba.
Regina Mena, que reside en el paraje Los Cocos, dice que ha visto a varias mujeres parir en medio de la carretera porque la crecida del río impidió el paso de los vehículos.
“Hay que salir rápido a buscar una partera, porque no hay manera de llegar a un hospital. Cuando cae un aguacero, el río sube muchísimo y arrastra a los motores. Uno no sabe si va a tardar horas en bajar, puede ser días”, explica la señora.
Como alternativa, los residentes del lugar han levantado rústicos puentes colgantes hechos de palo, sobre el río Yuna. Para pasar por ahí, a pie o en motocicletas, hay que pagar un peaje que cuesta entre 10 y 20 pesos.
Los productores agrícolas de la zona, conocida por su próspera producción de cacao, también sufren las consecuencias del estado de deterioro que acusa la vía. La economía de Arroyo Toro-Masipedro, con casi ocho mil habitantes, está sostenida por la agricultura. Además de cacao, se siembra café, víveres y otros frutos.
En época de lluvia se torna imposible transportar la producción hacia la ciudad, expone Juan José Astacio, gerente de la sucursal de Bonao de la Cooperativa Nacional de Cacaoteros Dominicanos, que exporta hacia Estados Unidos, Francia y Suiza.
Productores de cacao expresan que si los caminos estuvieran en buenas condiciones los camiones furgones pudieran llegar hasta las tierras.
Actualmente tienen que dar cinco viajes en camiones pequeños para llenar un solo contenedor para exportar, lo que tarda un día completo.
Sequía golpea la siembra
La sequía ha golpeado bastante fuerte la siembra de cacao de este año. Los productores dudan de que podrán alcanzar su meta de cosechar 20 mil quintales.
Los tipos que se siembran son hispaniola orgánico y convencional, hispaniola biosuisse, hispaniola demeter y sánchez orgánico y convencional.
La zona de Arroyo Toro-Masipedro cuenta con 640 productores, de los que 540 cosechan cacao orgánico. Aureliano García, presidente de la Asociación de Productores de Cacao de San José, indicó que el bloque, formado por 14 organizaciones, produce al año entre 15,000 y 17,000 quintales de cacao.
“Gastamos dinero en cantidad para poder transportar el cacao. Un dinero que pudiéramos emplear mejor en beneficios de los productores, invertirlos en la producción. Lo que podíamos hacer con cien mil pesos, ahora nos cuesta 400,000 pesos”, dice.
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