martes, 31 de enero de 2012

Las bodas donde el valor de las novias se mide en cerdos.

No todos los días tienes la oportunidad de visitar Papua Nueva Guinea, y aún más raro que seas invitado a una boda en las tierras altas, donde los trajes de hierba son de rigor y el valor de la novia se mide en cerdos...BBC/Pauline Davies.
Era una boda que no podía dejar pasar. Fui invitada como familiar de uno de los novios a una ceremonia tribal en las remotas montañas del sur del país.

El pueblo de Komya fue una vez el hogar de Moisés, el novio. Después de ser abandonado de niño y de estar al borde de la inanición, una pareja australiana lo acogió y se lo llevó a Melbourne.

Allí conoció a Danielle, mi sobrina. Sólo tenían 13 años de edad, pero poco a poco el romance floreció y una década más tarde decidieron casarse.

Aunque la pareja es auténticamente australiana, decididieron hacer una viaje a Komya para su boda.

Moisés llegó al mundo como el quinto hijo, de la quinta esposa, del jefe del clan. Él, pese a la distancia, ha tratado de conservar sus raíces.

Cuando su padre murió, su madre volvió a casarse en un clan rival, pero sus hijos no eran bienvenidos y tuvieron que quedarse atrás y valerse por sí mismos. Fueron rechazados por su familia extendida que se veían incapaces de conseguir suficiente comida para alimentar las bocas adicionales.

Pero en un extraño giro del destino ha provocado que Moisés regrese triunfante con una novia desconocida de un lugar desconocido. En Komya, esto nunca había ocurrido.

800 lenguas en un pequeño país

Desde un pequeño aeródromo de la capital provincial, Mendi, la aventura de nuestra boda comenzó en una larga carretera que atraviesa la selva tropical.

La quinta esposa del jefe del clan con su quinto hijo: Moisés.

Durante el viaje de tres horas, los lugareños nos saludaban animosamente pidiéndonos que nos detuviéramos.

Querían hablar con Moisés y con sus curiosos compañeros (todos nosotros) de piel blanca. Las entretenidas conversaciones se daban en una mezcla de inglés y y Pidgin, dos de las más de 800 lenguas que se hablan en Papúa Nueva Guinea.

La noticia de la boda se había extendido, evidentemente, por todas partes. Cientos de personas se acercaban a Komya para la ceremonia.

El matrimonio en esta parte del país es vista como una transacción comercial. La familia del novio negocia un precio con la familia de una mujer de otra aldea.

Si llegan a un acuerdo, ella se trasladará a su choza y el construirá en su tierra. El precio de la novia se mide en cerdos y caracoles, aunque en estos días los billetes también se consideran una buena medida.

En Port Moresby, la capital del país, nuestro conductor de taxi nos dijo que había pagado 30 cerdos por su segunda esposa. Eso me hizo comprender la ganga que había sido Danielle.

Mi sobrina había sido valorada en cuatro cerdos, y algunos de esos desventurados ejemplares, cebados durante un año, serían parte del banquete nupcial.

1 comentario:

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josefa aubá periodista. directora
Santiago de Chile, 3 de febrero-2012