BUENOS AIRES/EFE.— La presidenta argentina, Cristina Fernández, abandonó hoy el hospital y regresó a su residencia oficial de Buenos Aires, tras someterse a una operación de tiroides, descartando el diagnóstico de cáncer anunciado previamente.
Las biopsias confirmaron que la glándula tiroidea presentaba adenomas foliculares, pero descartaron la presencia de células cancerígenas, modificando el diagnóstico inicial, señaló el informe del vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro. Fernández no precisará tratamiento con yodo radiactivo tal como se había anunciado en un principio.
Fabián Pitoia, endocrinólogo y Jefe de la sección Tiroides del Hospital de Clínicas afirmó que en menos del 2 % de los casos se confunde al carcinoma papilar con un adenoma folicular.
Este error de diagnóstico en este tipo de enfermedad no es habitual, apuntó también Ernesto Puentes, especialista en cirugía de cabeza y cuello.
Apenas unos minutos después de que el vocero leyera el informe médico, Cristina Fernández abordaba el helicóptero presidencial que la esperaba en el predio del hospital y regresaba a su residencia oficial de Olivos, en las afueras de Buenos Aires.
La noticia fue recibida con aplausos y gritos de alegría por los simpatizantes oficialistas acampados en las puertas del hospital Austral, uno de los más avanzados de Argentina.
De poco sirvieron las reiteradas peticiones del personal del hospital, propiedad del Opus Dei, para que los militantes oficialistas rebajaran el tono de sus celebraciones por respeto al resto de los pacientes ingresados en el centro sanitario, ubicado unos 60 kilómetros al norte de Buenos Aires.
Uno de los pocos que, según medios locales, tuvo un breve acceso a Fernández en el hospital fue el vicepresidente Amado Boudou, a cargo de la conducción del Gobierno durante la baja médica de la presidenta.
La Casa Rosada no ha confirmado aún si, a la vista de este cambio de diagnóstico, Cristina Fernández mantendrá la licencia prevista hasta el próximo 24 de enero.
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