jueves, 12 de mayo de 2011

Julio Franco dice que colocó estadísticas para ser inmortal .


Pedro G. Briceño
listindiario.com
Ingenio Consuelo

Tras un historial de 23 años que lo consagró como uno de los más sobresalientes peloteros de su generación, Julio Franco ahora divide su espacio entre dirigir en el béisbol del Caribe y en los circuitos minoritarios con el de educar a un grupo de jóvenes en este municipio, con hambre de imitar sus pasos.

Uno de sus alumnos tiene una etiqueta muy especial y con quien Franco labora sin descanso para convertirlo en un jugador con los rangos que exhibió en su paso por las Grandes Ligas, su hijo Joshua, de 17 años y quien le pidió a su progenitor, de manera personal que laborara con él en esta ruta crítica que lo conduce hacia obtener una posible firma para el profesionalismo.

Ante este pedido de su vástago, Franco obvió varias ofertas para dirigir este verano por tercer año en el béisbol menor de Estados Unidos, con lo cual detiene momentáneamente su aprendizaje destinado a cumplir su gran meta que es dirigir en Grandes Ligas.

Julio Franco traza ruta para llegar a dirigir en GL
Franco mudó para Dominicana la academia que hace un par de años había iniciado en Miami.

Ahora, instalado en Consuelo, el mismo lugar desde donde en 1978 partió hacia Estados Unidos siendo un espigado con la proyección de convertirse en el pelotero que finalmente fue, Franco al igual que Manny Acta y otros, quiere aportar su granito de arena para que este municipio vuelva a ser una cantera florida en la producción de jugadores como en el pasado aconteció con Rafael Batista, Ricardo Carty, Jesús Frías, Sammy Sosa, Alfredo Griffin, el propio Franco entre otros.

Un bateador de .298 de por vida en una carrera de 23 campañas, Franco es para el próximo año un candidato para aparecer en la lista de los nuevos peloteros que optarían para el Salón de la Fama y afirma que colocó las estadísticas para ocupar un espacio en el gran nicho.

“Por qué no, en el Salón de la Fama hay peloteros que colocaron peores números que yo, pero eso se lo dejo a Dios, si él considera que puse estadísticas dignas para ser merecedor sería exaltado”, expone el ex jugador, cuyos 2,586 imparables conectados pudieron haberse convertido en tres mil de no haberse marchado a jugar al béisbol de Japón, nación donde recibió una oferta más tentadora.

“No me arrepiento de la decisión que tomé, me ofrecieron una mayor cantidad de dinero y escogí la que consideré era la mejor oferta, ahora muchos me dicen que si no me hubiera marchado sería un bateador de tres mil hits en Grandes Ligas”, señala. De hecho, esta cifra le otorgarían un boleto directo a la inmortalidad.

Una cifra que sólo Rod Carew (3,053), Rafael Palmeiro (3,020) y Roberto Clemente ( 3,000) han alcanzado entre los hispanos.

Agrega que esto le imposibilitó llegar a los tres mil hits, pero fue en Japón donde aprendió a convertirse en un mejor bateador, ser más paciente en el pentágono, conocer otras costumbres.

Luego pudo jugar en México y Corea, a donde se marchó tras la huelga en las Mayores de 1994.

Por cierto, sus mejores estadísticas en materia de jonrones y remolcadas se produjeron precisamente el año de la huelga donde logró 20 bambinazos y 98 producidas. En ocho oportunidades superó la barrera de los .300, siendo su liderato de bateo de .341 en 1991 el mejor de su carrera.

Metas antes de dirigir GL
Por años, Franco tiene como próxima meta dirigir en Grandes Ligas, pues afirma que hasta compartir por cinco campañas el mismo clubhouse que Bobby Cox recibió la ayuda de Dios. “Recibir sus consejos, aprender de su gran capacidad como instructor me han ayudado mucho”, sostiene el ex jugador, dueño de varias marcas como longevo en las Mayores.

Con 52 años, espera tomar paso a paso su ruta hacia aceptar un puesto como dirigente.

Permanecer al menos cinco campañas como un coach de la antesala de cualquier equipo y al menos uno dentro de la banca forman parte de sus aspiraciones.

“Creo que tengo la capacidad para en estos momentos asumir una posición de coach con muchos equipos de Grandes Ligas, pero ahora mismo lo que anhelo es seguir dirigiendo, aquí es donde alcanzaré una mayor capacidad para lograr mi gran meta y no quiero ser una especie de estrella fugaz en esta próxima fase”, señala Franco.

SIN OFERTA EN RD
Franco retornará este año nuevamente a comandar a los Caribes de Anzoátegui, equipo al que llevó a la conquista del campeonato en el béisbol de Venezuela. A pesar de iniciar con éxito su carrera como manager en el invierno y permanecer buen tiempo educándose con Bobby Cox, el dominicano nunca ha recibido la oferta de comandar un equipo del país. “No sé, quizá algún día llegará, pero no me desespero, a lo mejor cuando logre dirigir en Grandes Ligas entonces llegarán y probablemente sea tarde”, agrega en un ameno encuentro con Listín Diario.

Esteroides: “Una basura”
Asimismo, Franco consideró a los esteroides como una “basura” muy dañina para el béisbol y criticó a quienes cayeron en ese mal para mejorar su rendimiento en el juego. “Te imaginas a jugadores estelares, idolatrados por miles de fanáticos y que de buenas a primera todo el mundo se da cuenta de que para elevar su producción en el terreno necesitó la ayuda de los esteroides.

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