jueves, 25 de diciembre de 2008

Pide que no haya niños soldados y clama contra el abuso sexual pequeños


CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa ofició en la noche del miércoles la tradicional Misa del Gallo en la que hizo un llamamiento para que se ponga fin a todas las formas "abominables de abuso" contra los menores, entre las que citó la pornografía, la utilización de los niños como soldados e instrumentos de violencia.
En una basílica de San Pedro abarrotada de fieles, que dejaba al descubierto todo su esplendor, y ante una imagen del Niño Jesús a su lado, Benedicto XVI conmemoró en esta madrugada el Nacimiento de Cristo y dijo que en cada niño hay un "reverbero del Niño de Belén".

"Pensemos en esta noche de manera particular en aquellos niños a los que se les niega el amor de los padres, a los niños de la calle que no tienen un hogar, a los niños que son utilizados brutalmente como soldados y convertidos en instrumentos de violencia en lugar de ser portadores de reconciliación y de paz", manifestó el Obispo de Roma.

El Papa Ratzinger también se refirió a los niños "que mediante la industria de la pornografía y de todas las otras formas abominables de abuso son heridos en lo más profundo del alma".

Benedicto XVI hizo un llamamiento para que se haga "todo lo posible con el fin de que termine la tribulación de estos niños" y para que "la luz de Belén toque el corazón de los hombres".

"Solamente a través de la conversión de los corazones, solamente con un cambio en lo íntimo del hombre se puede superar la causa de todo este mal, se puede vencer el poder del maligno", afirmó el pontífice.

Mirando al Niño recién nacido, el Papa teólogo dijo que la gloria de Dios está en los alto de los cielos, pero que esa altura se encontraba esta noche en el establo, "ya que lo que era bajo se ha hecho sublime.

A este respecto añadió que la gloria de Dios es la paz, ya que donde está Él hay paz.

"Él está donde los hombres no pretenden hacer autónomamente de la tierra el paraíso, sirviéndose para ello de la violencia. Él está con las personas de corazón vigilante y con los humildes. A ellos da su paz, para que por medio de ellos entre la paz en el mundo", manifestó el pontífice de 81 años.

Benedicto XVI, una vez más, no olvidó Tierra Santa y pidió a los fieles para que en "aquel país en el que Jesús vivió y tanto amó" se haga la paz.

"¡Que cese el odio y la violencia, que se abra el camino de la comprensión recíproca, que se produzca una apertura de los corazones que abran las fronteras, que venga la paz que cantaron los ángeles en aquella noche!", imploró el Papa.

La misa, que fue transmitida por emisoras de televisiones de más de 60 países de los cinco continentes, comenzó con el anuncio del nacimiento del Señor con la lectura del antiguo texto de las "Kalendas".

Siguió con un homenaje floral ante una imagen del Niño Jesús realizado por varios niños de todo el mundo y concluyó con la petición del Papa a Dios para que dé la paz al mundo.

Concluida la misa, las miles de personas que acudieron a la basílica contemplarán en el centro de la plaza de San Pedro el Portal de Belén levantado delante del obelisco.

El Nacimiento vuelve a estar este año ambientado en Belén, después de que pasado año sorprendiera el que fuera ambientado en la casa de José, en Nazaret, según el Evangelio de San Mateo.

San Mateo sitúa el nacimiento de Jesús en Nazaret, mientras que en los de San Lucas, San Marcos y San Juan se describe la Natividad en Belén.

El pesebre donde nació Jesús ha sido colocado en una humilde posada, cubierto de haces de leña, y en un rincón de la muralla de Belén. Al fondo del portal se ven una torre y un gran portal, así como varias casas de campesinos construidas a lo largo de la muralla.

El Belén cuenta con una veintena de figuras, todas a tamaño natural, provenientes del Portal de Belén que fue realizado en 1842 en la iglesia romana de San Andrés della Valle por San Vicente Palotti.

Al lado del Portal ha sido colocado el tradicional árbol de Navidad, un abeto rojo de 120 años y 33 metros de altura, lo que le convierte en el árbol más alto hasta ahora colocado en la plaza de San Pedro junto al Belén.

Antes de la Misa del Gallo, a media tarde, Benedicto XVI encendió el Cirio de la Paz en la ventana de su apartamento.

Debido a que la misa duró varias horas y para no cansar -y como ya es habitual- la misa de Navidad la celebra mañana en la basílica de San Pedro el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone.

Benedicto XVI volverá el jueves al templo vaticano para leer el Mensaje de Navidad e impartir la bendición Urbi et Orbi (a la ciudad de Roma y a todo el mundo).

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