Fuente:nutricion.pro.-El desayuno también puede ser una excelente ocasión para incluir las frutas cuyo consumo
se recomienda encarecidamente en la mayoría de los países desarrollados
por su alto aporte de micronutrientes y otros componentes bioactivos
(pectinas, fructosa, carotenos, polifenoles y un largo etc.) que parecen
resultar especialmente beneficiosos en la prevención de algunas de las
enfermedades crónicas más prevalentes en las sociedades desarrolladas.
El
principal componente cuantitativo es el agua que, como media, oscila
en torno al 85%. Son pobres en proteína (1-5%) y, en general,
prácticamente no tienen lípidos (<1%). No contienen colesterol.
Las frutas son especialmente ricas en minerales (magnesio y potasio) y vitaminas hidrosolubles (principalmente vitamina
C) sobre todo cuando se consumen crudas, pues no sufren pérdidas
durante el cocinado. Entre las liposolubles contienen carotenos,
especialmente las frutas de color amarillo o naranja. Algunas frutas
contienen además gran cantidad de otros carotenoides sin actividad
provitamínica A como licopenos (sandía, cerezas…), que tienen un
importante papel como factores de protección en algunas enfermedades
crónico-degenerativas. Carecen de vitaminas D, B12 y retinol.
Contenido en vitamina C de algunas frutas: mg de vitamina C en 100 g de parte comestible
Fresa y fresón 60
Kiwi 59
Naranja 50
Melón 25
Piña 20
Un
desayuno variado, incluyendo frutas, además de los cereales, puede
aportar también una adecua- da cantidad de fibra, frecuentemente
deficitaria en la dieta
de las sociedades desarrolladas, cuyo papel en la mecánica digestiva,
favoreciendo el tránsito intestinal, o en la prevención de algunas
enfermedades crónicas, es bien conocido.
Las frutas desecadas y los frutos secos son un ingrediente principal de otro de los productos que se consumen en el desayuno, el muesli, acompañando principalmente a la leche o al yogur.
Las frutas desecadas
(ciruelas, pasas, dátiles), muy fáciles de comer, se diferencian
principalmente por su menor contenido de agua, concentrando el resto de
los nutrientes y aumentando también el aporte calórico.
Los frutos secos
(avellanas, almendras, nueces, pipas o cacahuetes, por ejemplo) tienen
poca agua (10%) y una pequeña cantidad de hidratos de carbono (4%) de
los cuales un 50% aproximadamente es almidón. Tienen una apreciable
cantidad de fibra (14%), proteína (20%) y especialmente de grasa que es
su componente mayoritario (53%), pero no contienen colesterol. Son, por
tanto, fuentes con- centradas de energía (20 g de parte comestible de
frutos secos –una ración aproximadamente– aportan unas 100-120 Kcal).
Sin embargo, la calidad de dicha grasa es muy satisfactoria pues
contienen principalmente ácidos grasos monoinsaturados y ácidos grasos
poliinsaturados.
lunes, 28 de mayo de 2012
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