Quito/EFE — La base militar estadounidense de Manta, ciudad costera del oeste de Ecuador, se convertirá en un centro de operaciones de vigilancia aérea y marítima de la frontera norte del país con Colombia, una vez que EE.UU. la abandone, antes del próximo noviembre, informaron ayer los medios locales.
Según publica el diario El Comercio, el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas ecuatorianas, Fabián Varela, anunció que, una vez que el país norteamericano entregue al Gobierno el puesto militar de operaciones antinarcóticos (FOL, por sus siglas en inglés) pasará a convertirse en un centro de vigilancia fronteriza.
Desde ese centro se organizarán “las operaciones de los aviones no tripulados y de las lanchas rápidas de la Armada. La idea es coordinar las acciones para obtener información oportuna y actuar de inmediato en Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos”, provincias fronterizas con Colombia, declaró Varela al periódico.
El pasado 3 de marzo, Heather Hodges, embajadora de EE.UU. en Quito, confirmó el retiro de las tropas de la base de Manta, previsto para el próximo noviembre.
El puesto militar que Estados Unidos mantiene por pocos meses más en la ciudad portuaria de Manta fue instalado tras un polémico convenio que cedió una parte del aeropuerto de la localidad costera para que se instalara la base, con la única misión de controlar el narcotráfico en la región.
De acuerdo con el diario, el anuncio de Varela se dio en el marco de una reunión que representantes de las Fuerzas Armadas, el ministro de Gobierno (Interior), Gustavo Jalkh, y el ministro de Seguridad Interna y Externa, Miguel Carvajal, mantuvieron con pobladores de Borbón, localidad fronteriza de Esmeraldas.
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