A Chávez, de 43 años, le suministraron
la inyección letal pasadas las 7 de la noche en la prisión de Starke, en
el norte de Florida, tras recibir una decisión adversa del tribunal
federal sobre la nueva droga usada en el cóctel mortal del Estado.
Chávez recibió su última comida a las 10
de la mañana, la cual incluyó chuleta de carne, papas fritas, ensalada
de frutas, helado de fresa y jugo de mango, y también se le permitió una
ducha final.
El caso de la muerte de Jimmy Ryce
conmocionó al país cuando en 1995 el estudiante bajó del autobús escolar
y, poco antes de llegar a su hogar, fue interceptado por Chávez, quien
le apuntó con un arma y le ordenó subir a su camioneta, para luego
violarlo y asesinarlo.
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