
Por los actos vandálicos muchos ganaderos han optado por dejar la producción de leche y carne para sembrar sus predios de chinola y plátano.
El robo de ganado se extiende desde Higüey, Miches, Sabana de la Mar, Hato Mayor, El Seibo, La Romana y San Pedro de Macorís, donde las reses son peladas y sacada la masa y desprendidos los muslos, quedando solo el esqueleto.
Los últimos robos afectaron a los hacendados Héctor Rodríguez (Machale), donde sustrajeron seis vacas, y Manuel de la Cruz, en la comunidad de Pringamosa, a dos kilómetros de Hato Mayor, donde fueron sacrificadas y peladas unas seis vacas lecheras.
Las vacas de Manuel de la Cruz fueron sacadas de su propiedad y sacrificadas en una finca contigua que tiene acceso a la carretera Hato Mayor-Bayaguana.
Las provincias más afectadas son Hato Mayor, Higuey y El Seibo, donde en los últimos dos meses han sido descuartizados más de 150 vacas lecheras y toros de engorde.
Domingo Laureano, ganadero de El Seibo, denunció que unas 10 reses habían sido hurtadas de una finca de su propiedad, ubicada en la comunidad de Cibahuete, a 20 kilómetros al oeste de aquella ciudad.
Dijo que logró detener el robo en su finca, al montar una vigilancia nocturna y lograr en coordinación con la policía de Hato Mayor al menos a dos cuatreros, a quienes tuvieron que enfrentar a tiros.
Muchas de las reses robadas también son cargadas en yipetas, a la que quitan los asientos traseros y así burlan los puestos de chequeos policiales y militares que hay en la región Este.
Desencantos
Ante la alarmante ola de robos, muchos ganaderos se están desencantando y dedicando sus fincas al cultivo de chinola y plátano.
Ramón Astacio, presidente de la Asociación de Ganaderos de Hato Mayor, llamó a las autoridades policiales detener el robo de ganado, para evitar el sector desaparezca o los ganaderos sigan abandonando la producción de leche y carne.
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