Los Yankees
tendrán que rezarle a la Virgen de Altagracia, a la de la Divina
Providencia, a la de Coromoto y hasta a la de Guadalupe para ver si les
cumplen el milagrito de darles un boleto para los playoffs de Grandes Ligas.
Y aún con todas esas intermediarias divinas, está bien difícil que los Bombarderos jueguen pelota en octubre.
A tres semanas de que termine la temporada regular de Grandes Ligas, el nueve de Joe Girardi libra una misión casi imposible: ganar 16 de los 21 partidos que les quedan en la agenda para colarse dentro de los comodines de la Liga Americana.
El panorama no es nada alentador, pero existe un dejo de esperanza que amaneció muy maltratado este lunes después de que el Reales de Kansas City fue una mala visita y estropeó el día de Derek Jeter con una (irónica) blanqueada 2-0, y de paso se llevó una valiosa serie, de esas que dolerán cuando no le queden más partidos al calendario.
Esas derrotas reducen el margen de error a cero y, además, alargan la ventaja que tienen sobre ellos Cleveland (1 juego), Detroit (4 juegos) y Seattle (4.5 juegos). Aunque esas distancias suenan remontables, la inconsistencia ofensiva de la artillería Yankee dibuja presagios de un desenlace funesto para la temporada del adiós del Capitán Derek Jeter.
Lo que se viene está duro. Los ‘Yanks’ este martes toman camino para cerrar la temporada con 11 partidos en casa y 10 de gira enfrentando a rivales de su división. El martes arrancan serie de tres partidos contra el Rays de Tampa Bay, y luego viajan a Baltimore para medirse a los Orioles, líderes divisionales con 9.5 juegos de distancia.
Este sería el peor momento para entrar en una mala racha, pero tampoco se ve de dónde vendrá el béisbol que requieren para clasificar a la postemporada.
Aunque muchos elogian que el Yankees se ha manteni do a flote a pesar de haberse en un convertido en un costoso hospital por las lesiones de sus estrellas, ha llegado el momento de cuestionar la sapiencia en los negocios de la gerencia del equipo.
Dejaron ir a Robinson Canó, quien se perfilaba como quien tomaría la estafeta de Jeter, por no considerarlo digno de los$200 millones que pidió para renovar su contrato. En vez de firmar a Canó, desembolsaron casi $500 millones en Masahiro Tanaka, Jacboby Ellsbury, Brian McCann, Carlos Beltrán.
Si no se les hace el milagro, los directivos del Yankees tendrán tiempo para pensar en lo que gastaron y de paso ver a Robinson Canó si este logra llevar la pelota de octubre de vuelta a Seattle, algo que bien valdría los $240 millones que no quisieron pagar en El Bronx..
Y aún con todas esas intermediarias divinas, está bien difícil que los Bombarderos jueguen pelota en octubre.
A tres semanas de que termine la temporada regular de Grandes Ligas, el nueve de Joe Girardi libra una misión casi imposible: ganar 16 de los 21 partidos que les quedan en la agenda para colarse dentro de los comodines de la Liga Americana.
El panorama no es nada alentador, pero existe un dejo de esperanza que amaneció muy maltratado este lunes después de que el Reales de Kansas City fue una mala visita y estropeó el día de Derek Jeter con una (irónica) blanqueada 2-0, y de paso se llevó una valiosa serie, de esas que dolerán cuando no le queden más partidos al calendario.
Esas derrotas reducen el margen de error a cero y, además, alargan la ventaja que tienen sobre ellos Cleveland (1 juego), Detroit (4 juegos) y Seattle (4.5 juegos). Aunque esas distancias suenan remontables, la inconsistencia ofensiva de la artillería Yankee dibuja presagios de un desenlace funesto para la temporada del adiós del Capitán Derek Jeter.
Lo que se viene está duro. Los ‘Yanks’ este martes toman camino para cerrar la temporada con 11 partidos en casa y 10 de gira enfrentando a rivales de su división. El martes arrancan serie de tres partidos contra el Rays de Tampa Bay, y luego viajan a Baltimore para medirse a los Orioles, líderes divisionales con 9.5 juegos de distancia.
Este sería el peor momento para entrar en una mala racha, pero tampoco se ve de dónde vendrá el béisbol que requieren para clasificar a la postemporada.
Aunque muchos elogian que el Yankees se ha manteni do a flote a pesar de haberse en un convertido en un costoso hospital por las lesiones de sus estrellas, ha llegado el momento de cuestionar la sapiencia en los negocios de la gerencia del equipo.
Dejaron ir a Robinson Canó, quien se perfilaba como quien tomaría la estafeta de Jeter, por no considerarlo digno de los$200 millones que pidió para renovar su contrato. En vez de firmar a Canó, desembolsaron casi $500 millones en Masahiro Tanaka, Jacboby Ellsbury, Brian McCann, Carlos Beltrán.
Si no se les hace el milagro, los directivos del Yankees tendrán tiempo para pensar en lo que gastaron y de paso ver a Robinson Canó si este logra llevar la pelota de octubre de vuelta a Seattle, algo que bien valdría los $240 millones que no quisieron pagar en El Bronx..
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