El Departamento de Correcciones de Florida
despidió a 32 oficiales que trabajaban en las prisiones estatales
acusados de mala conducta y quebrantamiento de la ley, según informaron
ayer medios locales.
El despido de los guardias fue dado a conocer la tarde del viernes por el departamento que dirige el secretario Mike Crews, y se origina por su vinculación con la muerte de prisioneros a causa de un uso excesivo de fuerza en cuatro presidios estatales.
Este departamento ha sido blanco de críticas por presunto casos de abuso y corrupción, e incluso objeto de una investigación federal por la muerte de prisioneros como Randall Jordan-Aparo, quien en 2010 falleció en el presidio correccional Franklin, tras ser rociado repetidas veces con gas y luego abandonado por los guardias, tras lo cual murió.
La carta de despido firmada por Crews señala que en el caso de los exoficiales Rollin Austin, Randall Johnson y Kevin Hampton, vinculados con la muerte del referido prisionero, los tres fueron despedidos por "participar en un incidente (con uso de fuerza) que derivó en la muerte de un recluso", según recoge el medio The Ledger.
Entre los despedidos figuran también nueve oficiales del Instituto Correccional de Charlotte, en la localidad de Punta Gorda, por su conexión con la muerte del recluso Matthew Walker, ocurrida el pasado 11 de abril "por un inapropiado uso de la fuerza", según la carta de despido.
Otros cinco oficiales de la cárcel Union fueron apartados de sus cargos por su implicación en los actos de fuerza que originaron la muerte del preso Rudolf Rowe, en agosto de 2012.
Crews se ha esforzado por limpiar la reputación del Departamento de Correcciones de este estado, tras denuncias periodísticas que reportaban la muerte de presos por un uso excesivo de fuerza a manos de los guardias de diferentes presidios estatales.
"He dejado claro que hay cero tolerancia para (casos de) corrupción o abuso en el Departamento de Correcciones, y que continuamos con la erradicación de cualquier mal elemento que no cumpla nuestras expectativas", señaló Crew en un comunicado.
El despido de los guardias fue dado a conocer la tarde del viernes por el departamento que dirige el secretario Mike Crews, y se origina por su vinculación con la muerte de prisioneros a causa de un uso excesivo de fuerza en cuatro presidios estatales.
Este departamento ha sido blanco de críticas por presunto casos de abuso y corrupción, e incluso objeto de una investigación federal por la muerte de prisioneros como Randall Jordan-Aparo, quien en 2010 falleció en el presidio correccional Franklin, tras ser rociado repetidas veces con gas y luego abandonado por los guardias, tras lo cual murió.
La carta de despido firmada por Crews señala que en el caso de los exoficiales Rollin Austin, Randall Johnson y Kevin Hampton, vinculados con la muerte del referido prisionero, los tres fueron despedidos por "participar en un incidente (con uso de fuerza) que derivó en la muerte de un recluso", según recoge el medio The Ledger.
Entre los despedidos figuran también nueve oficiales del Instituto Correccional de Charlotte, en la localidad de Punta Gorda, por su conexión con la muerte del recluso Matthew Walker, ocurrida el pasado 11 de abril "por un inapropiado uso de la fuerza", según la carta de despido.
Otros cinco oficiales de la cárcel Union fueron apartados de sus cargos por su implicación en los actos de fuerza que originaron la muerte del preso Rudolf Rowe, en agosto de 2012.
Crews se ha esforzado por limpiar la reputación del Departamento de Correcciones de este estado, tras denuncias periodísticas que reportaban la muerte de presos por un uso excesivo de fuerza a manos de los guardias de diferentes presidios estatales.
"He dejado claro que hay cero tolerancia para (casos de) corrupción o abuso en el Departamento de Correcciones, y que continuamos con la erradicación de cualquier mal elemento que no cumpla nuestras expectativas", señaló Crew en un comunicado.
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