Washington, (EFE).- Las decapitaciones
de dos periodistas estadounidenses a manos del grupo yihadista Estado
Islámico (EI) han provocado un giro en la opinión pública del país
norteamericano, que ahora apoya mayoritariamente atacar a los
extremistas en Irak y Siria, según un sondeo de The Washington Post y
ABC News.
El 71 por ciento de los estadounidenses está a
favor de los bombardeos contra posiciones del EI en el norte de Irak que
Estados Unidos inició un mes atrás, frente al 54 % que los apoyaba hace
tres semanas y al 45% de junio.
Además, el 65 por ciento de los ciudadanos apoya
una acción mucho más controvertida y que el Gobierno de Barack Obama se
ha resistido a emprender por el momento: lanzar ataques contra el EI en
Siria.
Ese porcentaje favorable representa más del doble
del apoyo que recababa hace un año la posibilidad de iniciar bombardeos
contra el régimen sirio por usar armas químicas.
Tras unas últimas semanas en las que las
impactantes imágenes de las decapitaciones de James Foley y Steven
Sotloff han conmocionado a EEUU y al mundo, los estadounidenses
consideran más que nunca que el EI es una amenaza seria.
Así lo creen nueve de cada diez ciudadanos,
mientras que seis de cada diez perciben al grupo islamista como una
amenaza muy seria.
En este contexto, también crece el apoyo a que
EEUU provea armas a las tropas kurdas que combaten al EI en el norte de
Irak, del 45 % en agosto al 58 % actual.
Este sondeo llega en la víspera de que Obama
anuncie su estrategia para combatir al Estado Islámico tras reunirse
este martes con los líderes del Congreso en un momento en el que tanto
desde fuera como desde dentro de su partido se le acusa de actuar con
demasiada cautela ante la amenaza terrorista.
Entre quienes consideran que no ha actuado con
suficiente determinación en esta crisis, el 82 por ciento apoya los
ataques contra el EI, mientras que entre los que creen que su gestión ha
sido correcta, el 66 por ciento está a favor de los bombardeos.
El manejo de la crisis de Ucrania arroja mejores
resultados para Obama, aunque 4 de cada 10 piensan que también en ese
conflicto ha sido demasiado cauto.
El presidente estadounidense ha recibido críticas
especialmente en dos momentos de la gestión de la crisis en Irak y
Siria: cuando dijo recientemente que aún no tenía una estrategia para
frenar al EI y en la ocasión en la que prosiguió sus vacaciones jugando
al golf tras condenar la muerte de Foley ante la nación.
La valoración de su política internacional en
conjunto es una de las más bajas de sus dos mandatos: sólo la aprueba el
38 por ciento de los ciudadanos, mientras que un 56% está en desacuerdo
con ella y un 43% se opone frontalmente a la política exterior de
Obama.
Su puntuación como presidente continúa rondando
los mínimos históricos de sus años en la Casa Blanca, con un 42 por
ciento a favor.
Le desaprueba un 51% de los ciudadanos, un
porcentaje inferior que en los momentos más críticos del accidentado
lanzamiento de la web de contratación de seguros de su reforma sanitaria
en otoño del año pasado.
Aunque la economía nacional ha mejorado en el
último año, la aprobación de su gestión en este campo se mantiene en el
42%. Tampoco mejora la valoración de su gestión de la reforma sanitaria,
que se mantiene en el 38 por ciento después de meses de echar a andar.
La valoración de Obama es clave para que los
demócratas puedan mantener el vital control del Senado en las
legislativas de noviembre, en las que con toda probabilidad los
republicanos conservarán el liderazgo de la Cámara de Representantes.
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