Buenos Aires, (EFE).- Cuatro días
después de ser intervenida quirúrgicamente de una lesión
cerebrovascular, la presidenta argentina, Cristina Fernández, sigue "en
plena recuperación", y mantiene "muy buen ánimo", según los escuetos
partes médicos ofrecidos por los especialistas que la tratan.
El de hoy, el más breve de todos los difundidos
desde el pasado martes, cuando la mandataria fue operada, se limita a
precisar que "evoluciona en un postoperatorio sin complicaciones, de
excelente ánimo y alimentándose en forma habitual".
El informe, firmado por los responsables médicos
de la Fundación Favaloro, de Buenos Aires, donde permanece ingresada
Fernández, añade que la presidenta mantiene "todos sus controles
clínicos y neurológicos dentro de lo normal".
En su comparecencia diaria ante los medios de
comunicación congregados a las puertas del hospital, el portavoz
presidencial, Alfredo Scoccimarro, tampoco ofreció hoy muchos más datos
que los que aporta el comunicado.
Scoccimarro se refirió al estado anímico de la
presienta, que es "muy bueno" y precisó que Fernández "comió compota de
ciruelas", y que "está ojeando algunos libros".
Como cada día, el portavoz presidencial transmitió
también los saludos de la mandataria a todos los que se están
preocupando por su salud.
Cristina Fernández, de 60 años, tuvo que ser
intervenida tras un empeoramiento en su cuadro clínico provocado por un
traumatismo craneal sufrido en agosto en circunstancias que no han sido
aclaradas.
La falta de información sobre las causas de ese
traumatismo, las repercusiones que tuvo sobre su salud, y las
circunstancias por las que tuvo que ser operada, se unen a las
especulaciones sobre su verdadero estado y los plazos para su
recuperación.
Cuatro días después de la operación sigue sin
haber detalles sobre el tratamiento que recibe la mandataria, si sigue
internada en terapia intensiva, cuánto puede durar su estancia en el
hospital o si, como se anunció antes de la intervención, debe mantener
reposo al menos durante un mes.
Mientras el país sigue pendiente de Fernández, la
representación del poder Ejecutivo la ostenta el vicepresidente, Amado
Boudou, quien trata de mantener la normalidad gubernamental en medio de
la desconfianza que levanta sus presuntos lazos con casos de corrupción y
enriquecimiento ilícito.
Relegado a un segundo plano por sus propios
compañeros de gobierno, Boudou intenta seguir la línea marcada por la
presidenta, quien, según aseguran los miembros de su equipo más
allegados, como el jefe de su Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, "sigue
tomando las decisiones más importantes".
La escena política argentina pasa en los últimos días por los hospitales del país.
A la enfermedad de la presidenta se une le
situación crítica que atraviesa el gobernador de la norteña provincia de
San Juan, José Luis Gioja, quien sufrió este viernes un accidente de
helicóptero, en el que murió la diputada del gubernamental Frente para
la Victoria, Margarita Ferrá de Bartol.
Gioja, de 64 años, está "estable, pero grave y con
pronóstico reservado; sedado y con asistencia respiratoria mecánica",
tras ser operado dos veces en las últimas horas por una hemorragia
abdominal, y numerosos politraumatismos, según informaron hoy los
médicos que le atienden.
El accidente tuvo lugar al término de un acto de
campaña de cara a los comicios legislativos del próximo 27 de octubre,
que sigue su curso a pesar de la incertidumbre sobre el verdadero estado
de salud de Fernández.
Esas elecciones, serán fundamentales para saber
las posibilidades de la presidenta argentina de aspirar a un tercer
mandato, ya que debe lograr apoyos parlamentarios suficientes para
forzar una reforma constitucional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario