Teherán, (EFE).- Las autoridades iraníes
ahorcaron hoy a 16 presuntos rebeldes en represalia por la muerte anoche
de 17 policías de frontera en un enfrentamiento armado en la ciudad de
Saravan, en el sureste del país, cerca de la frontera con Pakistán.
"Esta mañana hemos ahorcado a 16 rebeldes en
respuesta al acto terrorista que realizaron anoche en Saravan", reveló
Mohamad Marzie, fiscal general de la ciudad de Sahedan, capital de la
provincia de Sistán Baluchistán, en declaraciones difundidas por la
agencia de noticias estudiantil Isna.
"Ya habíamos advertido a los rebeldes y a los
grupos enemigos del régimen que si hacían cualquier cosa que perjudicase
al pueblo inocente o a los agentes de seguridad o la policía
actuaríamos de la misma manera", añadió el fiscal, según la agencia
iraní Fars.
Según indicaron a esta agencia fuentes locales no
identificadas, el enfrentamiento registrado anoche en la ciudad de
Saravan, cercana a la frontera con Pakistán, se saldó con 17 policías
muertos, cinco heridos y cuatro capturados.
Por el momento ninguna organización ha reivindicado la autoría del ataque contra los agentes.
En la zona de Sistan Baluchistán suele actuar el
grupo armado rebelde suní Yundulá (Ejército de Dios), considerado por
Teherán una organización terrorista y del que las autoridades iraníes
aseguran haber desmantelado gran parte de su estructura.
En junio de 2010, las autoridades iraníes
detuvieron al líder de Yundulá, Abdul Malik Rigi, que posteriormente fue
juzgado y ejecutado.
Además de los rebeldes suníes, en Sistán
Baluchistán actúan bandas que se dedican al tráfico de armas y drogas
procedentes de Afganistán, primer país productor de opiáceos del mundo,
lo que provoca también numerosos incidentes armados con las fuerzas de
seguridad.
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