Esa fue hoy la consigna de cientos de fanáticos de los Yankees de Nueva York, que hoy abrió por primera vez las puertas de su millonario campo, a solo pasos de su antiguo y mítico hogar.
El nuevo estadio también recibió hoy a sus jugadores para su primer entrenamiento, previo al encuentro de exhibición de mañana frente a los Cachorros de Chicago.
La inauguración oficial será el próximo 16 de abril, cuando se enfrenten a Cleveland y los fanáticos escuchen el esperado '¡play ball!' que dará inicio a la temporada, que esperan les traiga un nuevo título a su equipo.
Todo era algarabía, tanto para los 'fans', que aguardaron desde temprano para poder entrar, como para la numerosa prensa que se congregó, y los empleados de la novena, todos caminando de un lado a otro en los espaciosos pasillos del nuevo hogar del famoso equipo -donde es fácil perderse- mientras el personal de seguridad no perdía un detalle de su vista.
Construido a un coste de 1,500 millones de dólares, el estadio parece más un palacio o un hotel de cinco estrellas con un terreno de juegos en medio, como han comentado medios de comunicación.
Dotado de 13 restaurantes, que van desde las tradicionales franquicias de comida rápida hasta otros más selectos, e incluso, hoy se inauguró un popular 'Hard Rock Café', donde la ex estrella del equipo y guitarrista, Bernie Williams, tocó un tema acompañado de un grupo de niños.
Williams, que fue recibido con entusiasmo por el público, se unió luego a un grupo de músicos de rock rompiendo cada uno una guitarra contra el suelo, ceremonia con la cual dejaron inaugurado el establecimiento, al cual se tiene acceso directo desde la calle.
Los fanáticos de los Yankees, desde niños hasta los adultos, lucieron hoy igual entusiasmo y curiosidad al entrar por primera vez al estadio, y muchos de ellos lucían camisetas con el número de su jugador preferido, abrigos y gorras con el nombre 'Yankees'.
La novena regaló miles de boletos a escuelas y organizaciones comunitarias que fueron distribuidos entre seguidores del equipo, a muchos de los cuales se les hace difícil comprar un boleto.
Al entrar, el público puede apreciar fotos verticales de tamaño real de glorias del béisbol que jugaron con la novena, entre éstas Babe Ruth -a quien además dedican una plazoleta- de Joe DiMaggio, Yogi Bera, Lou Gehrig, entre otros iconos que forman parte del Salón de la Fama del Béisbol, mientras que en uno de los pasillos fueron colocados los números que lucieron en sus uniformes.
En el pasillo principal, donde están los puestos de comida, hay una galería y la tienda del equipo, donde el público hoy compraba desde pelotas, llaveros, camisetas y gorras sin importar el precio.
El público no desaprovechó la oportunidad para tomar fotos y una de los cosas que más llamó la atención fue un gigantesco medallón que en su centro tenía el águila distintiva de este país que estaba parada sobre guantes y bates de béisbol.
En la parte superior la fecha 1923, cuando se inauguró el que fue el hogar de los Yankees por 85 años, ubicado a solo pasos de la nueva estructura y que aguarda para ser demolido, y en la inferior, 2009, que marca el inicio de una vida para la novena.
Alfredo Tejada y su amigo Richard Cutino aguardaron pacientemente por este día que consideran 'histórico' y se mostraron ansiosos por tomar fotos "y tocar todo".
Mientras que Harry Bartolomé aseguró que pese a la crisis económica, continuará apoyando a su equipo.
El entusiasmo se extendió a los jugadores, que tienen ahora más espacio hasta en sus vestuarios donde cuentan incluso con una pequeña computadora cada uno en su armario, y quienes aseguran estar listos para la temporada.
"Me he perdido par de veces, he tocado todas las puertas, está increíble y el espacio es más grande", dijo el receptor puertorriqueño José Molina, para quien la historia del viejo estadio "nadie la va a cambiar".
Mientras que el lanzador dominicano Edwar Ramírez aseguró a Efe que cuando despertó esta mañana "ya tenía ganas de venir a ver el estadio" que considera "impresionante" pero, prefiere no hablar sobre la Serie Mundial, sino de "ganar juegos lo más que se pueda" en ruta a los finales "y tratar de dar lo más que se pueda".
El lanzador panameño Mariano Rivera también se mostró complacido con el estadio aunque aseguró estar allí para hacer su trabajo.
"Aquí no vinimos a mirar esto, sino a jugar pelota", para lo cual dijo estar listo, tras la lesión que sufrió, y aunque señaló hay nostalgia por el viejo campo "tenemos que seguir adelante".
Por su parte, Bernie Williams dijo a Efe sentir "un poquito de celos" de no poder jugar en el nuevo campo y aseguró que "es triste dejar el otro estadio. Tengo buenos recuerdos de los años que jugué ahí".
De EFE
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