La muerte de un ser querido degenerará siempre en episodios de dolor. Sin embargo, en esta escena el propio dolor enseña su rostro, cuando la señora Luisa Antonia Luzón abraza el cuerpo inerte de su hija Kenny Confesora García, de 21 años, muerta de un balazo en el abdomen anoche, durante un incidente al final del partido de baloncesto ganado por el equipo Pueblo Nuevo al Gregorio Urbano Gilbert, en Santiago. El disparo fatal lo hizo un miembro de la seguridad del Torneo de Baloncesto Superior. Kenny era hija de Rafael Octavio García, un portero de la Arena del Cibao Oscar Gobaira, escenario de la tragedia.
lunes, 27 de abril de 2009
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