La masturbación en los niños es más frecuente de lo que parece. Por lo menos la tercera parte de los preescolares ha tocado sus genitales y ha experimentado placer al hacerlo. Así es que no te alarmes si encuentras a tu niño(a) haciéndolo.
Ya desde alrededor de los cinco meses, cuando el bebé aprende a sujetar las cosas, empieza a tocar sus genitales. Pero es recién a los tres años en que les presta más atención y busca tocárselos para obtener placer, no un placer como el del adulto, sino el de una experiencia agradable al tacto.
Entre los tres y cuatro años los niños empiezan a sentir la necesidad de explorar sus propios cuerpos y los de sus padres, por lo que empiezan a tocarse y rascarse los genitales y hasta poniéndose objetos entre las piernas y rozándose con ellos hasta que se les ponen las caritas coloradas y sudan.
La masturbación infantil se convierte en un problema cuando tu hijo lo hace delante de los demás o cuando llega a lastimar sus genitales la hacerlo (introduciéndose objetos, aunque esto no es común).
La masturbación en público puede ser la manifestación por problemas emocionales como ansiedad, celos por el nacimiento de un nuevo hermanito, abuso sexual o por haber sido expuesto a conducta sexual inapropiada de adultos.
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