Ismaaiyl Brinsley, el hombre que el sábado mató a sangre fría a dos
agentes de Policía en Nueva York, tenía numerosos antecedentes
criminales, un pasado marcado por la violencia y había tratado de
suicidarse hace un año, informaron las autoridades.
En los últimos tiempos, Brinsley había publicado varios mensajes en internet contra el Gobierno y la Policía e instantes antes de disparar contra los agentes se acercó a dos hombres por la calle y les pidió que lo siguieran en la red social Instagram.
"Miren lo que voy a hacer", avisó el pistolero a esos desconocidos, explicó hoy en una conferencia de prensa el jefe de detectives de la Policía de Nueva York, Robert Boyce.
Acto seguido, caminó calle arriba, pasó por delante del auto patrulla en el que estaban los dos policías, dio la vuelta y regresó por detrás para abrir fuego a través de una ventanilla, informó Boyce.
Tras dispararles a los agentes, Brinsley huyó y entró en una estación de metro cercana, donde se quitó la vida disparándose en pleno andén.
Según la Policía, la madre de Brinsley, que vive en la ciudad, ha dicho que el hombre tuvo una infancia complicada y que a menudo era violento.
"Su madre dijo tener miedo de él y no lo había visto en un mes", explicó Boyce a los periodistas.
A sus 28 años, Brinsley había sido detenido en quince ocasiones en Georgia y otras cuatro en Ohio, por distintos crímenes.
Además, había cumplido tiempo en la cárcel entre 2011 y 2013 por posesión ilegal de un arma.
El hombre, que aparentemente sufría problemas mentales, había tratado de suicidarse en el pasado y hace un año intentó ahorcarse, según el responsable policial.
Brinsley creció en una familia musulmana y nunca mostró ningún tipo de radicalización. En sus numerosos mensajes en las redes sociales tampoco se ha encontrado ningún elemento religioso, añadió Boyce.
La Policía está examinando sus perfiles en redes sociales como Facebook e Instagram, su correo electrónico, su teléfono móvil y otro que le robó a su exnovia tras dispararle en la misma mañana del sábado cerca de Baltimore, a más de 300 kilómetros de Nueva York.
Brinsley salió del domicilio de la mujer -que sobrevivió al ataque- y quince minutos después telefoneó a la madre de esta para decirle que le había disparado por accidente y que esperaba que viviese.
A continuación tomó un autobús en dirección a la Gran Manzana y se dirigió al barrio de Bedford-Stuyvesent, en Brooklyn, donde disparó contra los policías.
Según Boyce, hasta ahora se han encontrado en internet varios mensajes de odio contra la Policía y el Gobierno publicados por Brinsley, que no tenía relación con ninguna pandilla ni grupo criminal.
En otros mensajes, el hombre muestra su enfado por el rumbo que había tomado su vida.
Hoy, las banderas lucieron a media asta en Nueva York en señal de duelo y en el lugar de los hechos se improvisó un memorial con flores y otros objetos en recuerdo de los dos agentes fallecidos, Rafael Ramos y Wenjian Liu.
A lo largo del día, la Policía de Nueva York ha recibido amenazas de posibles nuevos ataques por parte de varios individuos, casos que está investigando.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, telefoneó al jefe del Departamento de Policía de Nueva York, William Bratton, para trasladarle sus condolencias y expresarle su "total apoyo" para "cualquier tipo de asistencia" que pueda necesitar, informó la Casa Blanca.
Mientras, el principal sindicato de policías de la ciudad ha criticado al alcalde, Bill de Blasio, al considerar que no ha apoyado suficientemente a ese cuerpo en el marco de las manifestaciones registradas durante las últimas semanas para protestar por varios casos de violencia policial contra la comunidad afroamericana.
En los últimos tiempos, Brinsley había publicado varios mensajes en internet contra el Gobierno y la Policía e instantes antes de disparar contra los agentes se acercó a dos hombres por la calle y les pidió que lo siguieran en la red social Instagram.
"Miren lo que voy a hacer", avisó el pistolero a esos desconocidos, explicó hoy en una conferencia de prensa el jefe de detectives de la Policía de Nueva York, Robert Boyce.
Acto seguido, caminó calle arriba, pasó por delante del auto patrulla en el que estaban los dos policías, dio la vuelta y regresó por detrás para abrir fuego a través de una ventanilla, informó Boyce.
Tras dispararles a los agentes, Brinsley huyó y entró en una estación de metro cercana, donde se quitó la vida disparándose en pleno andén.
Según la Policía, la madre de Brinsley, que vive en la ciudad, ha dicho que el hombre tuvo una infancia complicada y que a menudo era violento.
"Su madre dijo tener miedo de él y no lo había visto en un mes", explicó Boyce a los periodistas.
A sus 28 años, Brinsley había sido detenido en quince ocasiones en Georgia y otras cuatro en Ohio, por distintos crímenes.
Además, había cumplido tiempo en la cárcel entre 2011 y 2013 por posesión ilegal de un arma.
El hombre, que aparentemente sufría problemas mentales, había tratado de suicidarse en el pasado y hace un año intentó ahorcarse, según el responsable policial.
Brinsley creció en una familia musulmana y nunca mostró ningún tipo de radicalización. En sus numerosos mensajes en las redes sociales tampoco se ha encontrado ningún elemento religioso, añadió Boyce.
La Policía está examinando sus perfiles en redes sociales como Facebook e Instagram, su correo electrónico, su teléfono móvil y otro que le robó a su exnovia tras dispararle en la misma mañana del sábado cerca de Baltimore, a más de 300 kilómetros de Nueva York.
Brinsley salió del domicilio de la mujer -que sobrevivió al ataque- y quince minutos después telefoneó a la madre de esta para decirle que le había disparado por accidente y que esperaba que viviese.
A continuación tomó un autobús en dirección a la Gran Manzana y se dirigió al barrio de Bedford-Stuyvesent, en Brooklyn, donde disparó contra los policías.
Según Boyce, hasta ahora se han encontrado en internet varios mensajes de odio contra la Policía y el Gobierno publicados por Brinsley, que no tenía relación con ninguna pandilla ni grupo criminal.
En otros mensajes, el hombre muestra su enfado por el rumbo que había tomado su vida.
Hoy, las banderas lucieron a media asta en Nueva York en señal de duelo y en el lugar de los hechos se improvisó un memorial con flores y otros objetos en recuerdo de los dos agentes fallecidos, Rafael Ramos y Wenjian Liu.
A lo largo del día, la Policía de Nueva York ha recibido amenazas de posibles nuevos ataques por parte de varios individuos, casos que está investigando.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, telefoneó al jefe del Departamento de Policía de Nueva York, William Bratton, para trasladarle sus condolencias y expresarle su "total apoyo" para "cualquier tipo de asistencia" que pueda necesitar, informó la Casa Blanca.
Mientras, el principal sindicato de policías de la ciudad ha criticado al alcalde, Bill de Blasio, al considerar que no ha apoyado suficientemente a ese cuerpo en el marco de las manifestaciones registradas durante las últimas semanas para protestar por varios casos de violencia policial contra la comunidad afroamericana.
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