viernes, 22 de junio de 2018

Dominicanos cogen yolas para tentar suerte en PR .

Deyanira Polanco
Santo Domingo/listindiario.com
La peligrosa travesía por aguas del mar Caribe, en el Canal de la Mona, el desempleo y las destrucciones que aún persisten en Puerto Rico causadas por el huracán María, no frenan los intentos de dominicanos de llegar en yolas a esa nación.
Los dominicanos se siguen yendo a Puerto Rico pese a esas dificultades y corriendo el riesgo de ser atrapados y devueltos por la guardia costera de Estados Unidos y la Armada de República Dominicana.
La semana pasada, 64 dominicanos fueron capturados en dos embarcaciones en el Canal de la Mona y posteriormente repatriados.
Otros 46 fueron interceptados a 24 millas náuticas (unos 44 kilómetros) de Miches, en el noreste de República Dominicana, esta misma semana.
El comandante de la Guardia Costera del sector de San Juan, Eric P. King, informó de la repatriación y advirtió que “barcas peligrosamente llenas con pasajeros sin salvavidas, marineros sin apenas experiencia sobre aguas peligrosas son una amenaza seria para la vida de los migrantes que intentan cruzar el Canal de Mona”, de acuerdo con un cable de la agencia EFE.
¿Qué buscan los dominicanos en Puerto Rico?

Un dominicano residente en Río Piedras,  San Juan, y quien llegó en avión hace varios años, expresó a LISTÍN DIARIO su preocupación por el riesgo que enfrentan sus compatriotas para llegar a una nación donde están latentes los daños del huracán categoría 5, que destruyó la infraestructura en 2017.
“Los están engañando. Les están vendiendo un sueño, pues nadie puede proponer que le va a dar un empleo, si aquí el desempleo es altísimo” explicó.
Es cierto que Puerto Rico se está levantando, que la energía eléctrica se ha restablecido en gran parte del país, pero en otras ciudades donde no hay luz y los puertorriqueños han preferido emigrar a la capital o a Estados Unidos.
Indicó que  el sector construcción no se ha dinamizado, en gran magnitud, porque los propietarios de viviendas y otras edificaciones, al parecer, están esperando el pago de las aseguradoras.
“Aquí en San Juan las cosas están mejor que en otras localidades, pero en calles comerciales, como Paseo San Diego, de gran concurrencia, se observan negocios cerrados”, precisó.
Una jovencita, hija de dominicanos y que acaba de graduarse con alto índice académico, describe que a raíz del huracán han aumentado las personas que deambulan por las calles de San Juan, incluidas dominicanas que perdieron todo con el ciclón.
Dice que en la calle Paseo Don Diego hay una parada de autobuses y por la ausencia de pasajeros, muchos conductores se han ido a distintos estados de Estados Unidos,  entre ellos Alaska.
“Ellos dicen que en otro lugar hay mejor vida”, explicó la adolescente.

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