Marlon Vera puso a Ecuador en el mapa de las artes marciales mixtas al lograr su primer triunfo en UFC. Pero detrás de esa victoria en el octógono, el joven peleador enfrenta una batalla más dura: ver sonreír a su primogénita Ana Paula, de cuatro años.
“¿Qué papá no quiere ver sonreír a su hijo?”, dijo “Chito” Vera durante una entrevista telefónica. “Esa es mi motivación y por lo que estoy luchando; es una de las razones principales por las que tengo que ganar peleas”.
Para “Chito” Vera, de 22 años, el triunfo por sometimiento al estadounidense Román “El Gallito” Salazar al 2:15 del segundo round, en una de las peleas preliminares de la cartelera de UFC Night Fight 73, el 8 de agosto en Nashville, Tennessee, representa un paso más para ver dibujada la sonrisa en el rostro de Ana Paula.
El joven peleador contó que cuando la niña tenía tres años, los médicos le diagnosticaron con el “síndrome Möbius”, una condición congénita que causa una parálisis facial y, por ende, le impide sonreír. Eso lo saben ahora porque, según indicó, su esposa María Paulina empezó a indagar en la internet. “El síndrome de Möbius es una alteración en los nervios craneales que hacen que ella no pueda mover su rostro, no tiene expresión”, explicó Chito Vera.
Dijo que al recibir la noticia se imaginaron lo peor. “Fue muy duro eso porque no sabíamos cómo era, no sabíamos lo que iba a pasar”, manifestó. “A una muchacha de 17 años y a un chico de 18 años que le digan eso de su primer hijo es algo muy duro”.
La condición podría corregirse con una operación costosa, que no se realiza en Ecuador, por ello esperan la ayuda de alguna fundación.
Por lo pronto cuenta con el apoyo de UFC, el mayor organismo de las artes marciales mixtas del mundo, presidido por Dana White, que no sólo le ha abierto las puertas para la competición en el octógono, sino que le ha tendido una mano.
“El UFC llevó a mi esposa y a mi hija a Las Vegas para que le hagan unos chequeos”, contó Vera, quien impresionó en el show “The Ultimate Fighter, Latin America” y le abrió las puertas de la mayor empresa promotora de artes marciales del mundo.
“Ella tiene una vida normal, lo que la cirugía va a hacer es ayudarla a que sonría y mueva mejor su boca; entonces ella va a tener menos problemas”, añadió. “No es que mejorará en un 100%, pero va a ser de mucha ayuda”.
Sobre su hijito José Ignacio, de cinco meses, dijo que “es un niño completamente normal; las cosas están muy bien con él, gracias a Dios”.
“¿Qué papá no quiere ver sonreír a su hijo?”, dijo “Chito” Vera durante una entrevista telefónica. “Esa es mi motivación y por lo que estoy luchando; es una de las razones principales por las que tengo que ganar peleas”.
Para “Chito” Vera, de 22 años, el triunfo por sometimiento al estadounidense Román “El Gallito” Salazar al 2:15 del segundo round, en una de las peleas preliminares de la cartelera de UFC Night Fight 73, el 8 de agosto en Nashville, Tennessee, representa un paso más para ver dibujada la sonrisa en el rostro de Ana Paula.
El joven peleador contó que cuando la niña tenía tres años, los médicos le diagnosticaron con el “síndrome Möbius”, una condición congénita que causa una parálisis facial y, por ende, le impide sonreír. Eso lo saben ahora porque, según indicó, su esposa María Paulina empezó a indagar en la internet. “El síndrome de Möbius es una alteración en los nervios craneales que hacen que ella no pueda mover su rostro, no tiene expresión”, explicó Chito Vera.
Dijo que al recibir la noticia se imaginaron lo peor. “Fue muy duro eso porque no sabíamos cómo era, no sabíamos lo que iba a pasar”, manifestó. “A una muchacha de 17 años y a un chico de 18 años que le digan eso de su primer hijo es algo muy duro”.
La condición podría corregirse con una operación costosa, que no se realiza en Ecuador, por ello esperan la ayuda de alguna fundación.
Por lo pronto cuenta con el apoyo de UFC, el mayor organismo de las artes marciales mixtas del mundo, presidido por Dana White, que no sólo le ha abierto las puertas para la competición en el octógono, sino que le ha tendido una mano.
“El UFC llevó a mi esposa y a mi hija a Las Vegas para que le hagan unos chequeos”, contó Vera, quien impresionó en el show “The Ultimate Fighter, Latin America” y le abrió las puertas de la mayor empresa promotora de artes marciales del mundo.
“Ella tiene una vida normal, lo que la cirugía va a hacer es ayudarla a que sonría y mueva mejor su boca; entonces ella va a tener menos problemas”, añadió. “No es que mejorará en un 100%, pero va a ser de mucha ayuda”.
Sobre su hijito José Ignacio, de cinco meses, dijo que “es un niño completamente normal; las cosas están muy bien con él, gracias a Dios”.
Abriendo brecha
A “Chito” Vera le encantaría volver al octógono antes que termine el año, y aunque por el momento no tiene pelea, el manabita ya ha vuelto a los entrenamientos con el maestro Frank Vidal. “Básicamente siempre estoy entrenando para estar listo”, señaló.
“Chito” dijo que desde niño le gustaba MMA y andaba peleando en la calle, en la escuela. Un buen día llegó al gimnasio donde Vidal era instructor, se inscribió y desde hace seis años trabajan juntos.
“Mi objetivo era UFC y todo el sacrificio, el trabajo duro de equipo, está bien pagado”, aseguró. “Ahora estoy viviendo el sueño y estoy en la empresa más grande de peleas del mundo”.
“Acá en Ecuador, hace tres años, la gente casi ni hablaba de UFC. Cuando yo decía que quiero ir a UFC mis amigos, la gente se reía porque creía que era imposible que alguien de un país tan pequeño llegue, y prácticamente yo ya rompí las barreras”, acotó Vera, nacido en Chone el 2 de diciembre de 1992.
“Antes luchaba por llegar a UFC, ahora lucho por una estabilidad económica, lucho por darles un futuro a mis hijos y más adelante poder ayudar a mis padres y obviamente pagarle todo el trabajo y sacrificio a mi maestro”, continuó el peleador de 5'8” de estatura 135 libras, que compite en la categoría gallo.
Con su primer triunfo en UFC, “Chito” (8-2-1 en MMA y 1-1 en UFC) está abriendo el camino a otros jóvenes ecuatorianos. “Aquí las personas no ven este deporte como algo muy importante y está en mis manos cambiar esto, que el deporte sea visto como el fútbol”, dijo. “Depende de mí que eso pase y yo estoy seguro que voy a cambiarlo, estoy joven, tengo mucha hambre de ganar peleas”.......Por:
“Chito” dijo que desde niño le gustaba MMA y andaba peleando en la calle, en la escuela. Un buen día llegó al gimnasio donde Vidal era instructor, se inscribió y desde hace seis años trabajan juntos.
“Mi objetivo era UFC y todo el sacrificio, el trabajo duro de equipo, está bien pagado”, aseguró. “Ahora estoy viviendo el sueño y estoy en la empresa más grande de peleas del mundo”.
“Acá en Ecuador, hace tres años, la gente casi ni hablaba de UFC. Cuando yo decía que quiero ir a UFC mis amigos, la gente se reía porque creía que era imposible que alguien de un país tan pequeño llegue, y prácticamente yo ya rompí las barreras”, acotó Vera, nacido en Chone el 2 de diciembre de 1992.
“Antes luchaba por llegar a UFC, ahora lucho por una estabilidad económica, lucho por darles un futuro a mis hijos y más adelante poder ayudar a mis padres y obviamente pagarle todo el trabajo y sacrificio a mi maestro”, continuó el peleador de 5'8” de estatura 135 libras, que compite en la categoría gallo.
Con su primer triunfo en UFC, “Chito” (8-2-1 en MMA y 1-1 en UFC) está abriendo el camino a otros jóvenes ecuatorianos. “Aquí las personas no ven este deporte como algo muy importante y está en mis manos cambiar esto, que el deporte sea visto como el fútbol”, dijo. “Depende de mí que eso pase y yo estoy seguro que voy a cambiarlo, estoy joven, tengo mucha hambre de ganar peleas”.......Por:
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