Miami (EE.UU.), (EFE).- El navegante
estadounidense Louis Jordan fue dado de alta hoy de un hospital de
Virginia (EEUU), en donde fue ingresado tras permanecer 66 días
desaparecido en el Océano Atlántico y posteriormente rescatado por la
Guardia Costera de Estados Unidos frente a las costas de Carolina del
Norte.
El navegante de 37 años había partido en enero
pasado desde una marina en Carolina del Sur a bordo de un velero de 35
pies de eslora (poco más de 10 metros) a pescar en alta mar, pero días
después quedó a la deriva tras romperse el mástil de su embarcación y
dañarse el sistema eléctrico, según informó hoy la portavoz de los
guardacostas Krystyn Pecora.
El navegante fue reportado como desaparecido por
su familia el pasado 29 de enero, y tras diez días de intensa búsqueda
los guardacostas dieron por finalizadas las labores de rescate sin
lograr hallar al naufrago.
Casi dos meses después, Jordan fue divisado la
tarde del jueves a unas 200 millas al este del cabo Hatteras, frente a
las costas de Carolina del Norte, por un barco carguero alemán, cuya
tripulación lo rescató y dio aviso a la Guardia Costera.
Un equipo de los guardacostas recogió en
helicóptero al navegante desde el carguero alemán y lo transportó a un
hospital de Norfolk, en el estado de Virginia, en donde ingresó con un
cuadro de deshidratación y con una lesión en el hombro.
"Mi impresión inicial fue que se encontraba en
buen estado, esperábamos algo peor", señaló el oficial Kyle McCollum,
integrante del equipo de rescate de Jordan, quien rechazó tratamiento
médico en el centro hospitalario y a primeras horas de hoy salió andando
por sus propios medios para reunirse con su familia.
De acuerdo a Pecora, Jordan logró sobrevivir
racionando la comida que tenía a bordo, pescando con una red y
acumulando agua cuando llovía.
"Durante un largo tiempo estuve muy sediento y
estaba casi sin agua, y cada día estaba como 'Por favor Señor, manda
algo de lluvia, algo de agua'", relató el navegante al medio WAVY, para
luego señalar que cuando ya casi no tenía agua "las condiciones
(meteorológicas) fueron perfectas" y pudo recolectar el líquido.
Durante su traslado en helicóptero, el navegante
relató a los oficiales de la Guardia Costera que sus dos "mejores
aliados" durante los más de 60 días a la deriva en el Atlántico fueron
la biblia, que leyó entera en más de una ocasión, y una manta que uso
para protegerse de los rayos solares.
Hasta poco antes de partir hacia alta mar, Jordan
vivía en su velero atracado en la Marina Bucksport Plantation en Conway,
Carolina del Sur.
De acuerdo a portavoces de la familia, Jordan
residirá un tiempo indefinido en casa de alguno de sus dos padres, que
se hayan separados.
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