El ministro de Asuntos Exteriores e Inmigración de Bahamas, Fred
Mitchell, anunció ayer ante la Asamblea de Representantes que se están
preparando dos vuelos para deportar a unas 290 personas a Puerto
Príncipe.
"Traigo esto a la atención del país para demostrar que continúa siendo un problema molesto, consistente y caro", expresó Mitchell, según detalló luego su gabinete en un comunicado.
Según explicó, el Gobierno de Bahamas va a fletar dos aviones a Haití, cada uno con 145 inmigrantes detenidos, a un coste conjunto aproximado de 67.265 dólares estadounidenses.
"En vez de gastar dinero en los puertos, las carreteras o los aeropuertos, tenemos que gastarlo en tratar de deportar a los inmigrantes ilegales a sus casas", lamentó Mitchell.
Señaló que la lucha contra la "inmigración ilegal" es un tema prioritario en la agenda de seguridad nacional del archipiélago, en el que el 1 de noviembre entró en vigor una nueva ley de inmigración que ha creado controversia a nivel internacional.
La ley establece que no se aceptarán más solicitudes de visados de trabajo por parte de personas que residan ilegalmente en el país y que los inmigrantes que viven en Bahamas tienen que portar siempre el pasaporte de su país natal, entre otros artículos.
Aunque hay carencia de datos oficiales, se sabe que la mayoría de los inmigrantes de Bahamas, que rondan el 16 % de la población total, son haitianos.
"Traigo esto a la atención del país para demostrar que continúa siendo un problema molesto, consistente y caro", expresó Mitchell, según detalló luego su gabinete en un comunicado.
Según explicó, el Gobierno de Bahamas va a fletar dos aviones a Haití, cada uno con 145 inmigrantes detenidos, a un coste conjunto aproximado de 67.265 dólares estadounidenses.
"En vez de gastar dinero en los puertos, las carreteras o los aeropuertos, tenemos que gastarlo en tratar de deportar a los inmigrantes ilegales a sus casas", lamentó Mitchell.
Señaló que la lucha contra la "inmigración ilegal" es un tema prioritario en la agenda de seguridad nacional del archipiélago, en el que el 1 de noviembre entró en vigor una nueva ley de inmigración que ha creado controversia a nivel internacional.
La ley establece que no se aceptarán más solicitudes de visados de trabajo por parte de personas que residan ilegalmente en el país y que los inmigrantes que viven en Bahamas tienen que portar siempre el pasaporte de su país natal, entre otros artículos.
Aunque hay carencia de datos oficiales, se sabe que la mayoría de los inmigrantes de Bahamas, que rondan el 16 % de la población total, son haitianos.
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