Austin (EE.UU.), (EFE).- El estado de Texas
tiene previsto ejecutar hoy a Kent Sprouse, un hombre que en 2002 mató a
un civil y a un agente de policía y que se convertirá en el undécimo
preso en recibir una inyección letal este año en el país.
El 6 de octubre de 2002, con una escopeta en el
hombro y bajo los efectos de las drogas, Sprouse, que ahora tiene 42
años, se detuvo en una estación de servicio cercana a Dallas y mató a
Pedro Moreno, un hombre que estaba llenando el depósito de su vehículo y
al que confundió con un policía.
Al tiroteo acudió el agente Harry Steinfeldt, del Departamento de Policía de Ferro, al que también mató.
Aunque la defensa de Sprouse trató de demostrar
durante el juicio que el acusado sufría una enfermedad mental, por lo
que no hubiese sido apto para la pena de muerte, el jurado consideró que
sus problemas psiquiátricos tenían como causa el abuso de las drogas.
El año pasado, el Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó una revisión del caso.
Si nada lo impide antes, Sprouse será el undécimo
preso ejecutado este año en Estados Unidos y el quinto en Texas, el
estado que más aplica la pena capital.
Son cinco reos ejecutados menos que en 2014 por
estas mismas fechas, lo que demuestra las dificultades que están
enfrentando los estados para conseguir suministros paya inyecciones
letales y cumplir con las ejecuciones previstas.
Texas consiguió hace apenas dos semanas los
suministros necesarios para ejecutar a cuatro presos durante el mes de
abril, pero es incierto lo que sucederá con otros tres que tienen fechas
programadas en mayo y junio.
Mientras tanto, otros estados como Oklahoma, Ohio,
Florida o Georgia mantienen suspendidas de forma indefinida sus
ejecuciones a la espera de nuevos suministros o de que el Tribunal
Supremo se pronuncie sobre el uso del midazolam, uno de los sedantes que
se utilizan en las inyecciones.
La ejecución de Sprouse está prevista para las 18.00 hora local (23.00 GMT) en el penal de Huntsville (Texas).
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