Miami (EE.UU.), (EFE).- Dos importantes
grupos del exilio cubano de Miami coincidieron hoy en señalar que la
intención del presidente de EE.UU., Barack Obama, de retirar a Cuba de
la lista de países patrocinadores del terrorismo es un "disparate" y
pretende olvidar que la isla está bajo "una tiranía".
"La petición de Obama es disparatada y divorciada
de la realidad, porque el régimen cubano sigue practicando el terrorismo
internamente y también exportándolo y apoyando a los grupos terroristas
de toda la región", aseguró a Efe Orlando Gutiérrez, director del
Directorio Democrático Cubano.
Obama envió hoy al Congreso el informe y las
certificaciones requeridas que "indican la intención de la
Administración de rescindir la designación de Cuba como Estado
patrocinador del terrorismo", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh
Earnest.
Gutiérrez deploró la intención de Obama, aunque se
mostró confiado en que está medida no prosperará en el Congreso
estadounidense, ya que esta institución legislativa, dijo, "es
mayoritariamente anticastrista".
"Va a ser un proceso largo e intrincado", agregó
Gutiérrez, para subrayar que, en cualquier caso, el "régimen castrista
ya consiguió lo que quería: que Obama lo haya pedido al Congreso. Eso es
suficiente" para La Habana, apostilló.
En esa misma línea, Antonio Díaz Sánchez,
secretario general del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), fundado
por el fallecido Oswaldo Payá, opinó que la decisión de Obama de
retirar a Cuba del listado de países terroristas, en la que permanecía
desde 1982, se "contrapone a los valores estadounidenses".
La iniciativa del mandatario estadounidense olvida
que Cuba es el "único país tiránico y dictatorial de las Américas",
enfatizó a Efe Sánchez.
Y consideró que la determinación de Obama choca
con el imperativo moral estadounidense de "condenar todas las dictaduras
en cualquier parte del mundo".
Sin embargo, para Ric Herrero, directo ejecutivo
de CubaNow, la recomendación de Obama de retirar a Cuba de la lista de
Estados patrocinadores del terrorismo es una muestra del esfuerzo de la
Administración de EE.UU. por "modernizar las relaciones bilaterales" y
"avanzar en la mejora de los intereses estadounidenses" en el siglo XXI.
El pasado diciembre Obama y el presidente de Cuba,
Raúl Castro, anunciaron un acuerdo para normalizar las relaciones
bilaterales y e el pasado fin de semana ratificaron su voluntad en un
histórico encuentro en Panamá en el marco de la VII Cumbre de las
Américas.
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