viernes, 16 de enero de 2015

Washington alivia efectos del embargo.

AP
Washington
El gobierno del presidente Barack Obama ha aliviado significativamente el embargo estadounidense a Cuba al anunciar que a partir de ayer viernes se flexibilizarán las restricciones al comercio y las inversiones en la isla. Después de una prohibición de medio siglo, con las nuevas normas los estadounidenses podrán usar sus tarjetas de crédito en Cuba y traer pequeñas cantidades de puros habanos.
El anuncio el jueves de las nuevas normas de los departamentos del Tesoro y Comercio es el próximo paso en el ambicioso objetivo de Obama de restablecer las relaciones diplomáticas con el gobierno del presidente Raúl Castro, el hermano menor de Fidel. Hace tres días, Estados Unidos confirmó que el gobierno cubano cumplió su promesa de liberar a 53 presos políticos.
Solo el Congreso puede poner fin a cinco décadas de embargo, pero las medidas permiten a las compañías estadounidenses exportar tecnología de telefonía, informática e internet. Se permiten inversiones en pequeñas empresas. El turismo sigue prohibido, pero los estadounidenses autorizados a viajar a Cuba ya no necesitarán permisos especiales.
Obama prometió levantar parcialmente el embargo y empezar a restaurar las relaciones diplomáticas al afirmar el mes pasado que “estos 50 años han demostrado que el aislamiento no funcionó”.
El acuerdo fue producto de 18 meses de conversaciones secretas que culminaron con el intercambio de espías encarcelados y la liberación de Alan Gross, un contratista del gobierno estadounidense que estuvo preso en Cuba durante cinco años.
Las pocas compañías estadounidenses que facilitan los viajes a Cuba dicen que las preguntas se han disparado desde diciembre. Las visitas de estadounidenses a la isla pudieran triplicarse este año, de unas 90.000 anualmente en este momento. “Estamos contratando más personal, hemos reservado más habitaciones de hotel y activos en cubas para ofrecer viajes adicionales”, dijo Tom Popper, presidente de insightCuba, con sede en Nueva York.
Al anunciarse las nuevas normas, ahora el foco se centra en las empresas estadounidenses y el gobierno cubano. Algunos cambios pudieran demorar meses en implementarse porque las firmas norteamericanas necesitan tiempo para analizar los riesgos y beneficios de entrar a un mercado nuevo y complicado. Y el gobierno cubano no ha dicho nada en público sobre cómo piensa regular las nuevas actividades comerciales con Estados Unidos.
En estos momentos las empresas extranjeras negocian casi exclusivamente con empresas estatales cubanas, que son notoriamente lentas, ineficientes y no tienen dinero suficiente.
Es más probable que Cuba se abra más a un aumento en la cantidad de viajeros desde Estados Unidos que a otros efectos potenciales de las nuevas normas. Sin embargo, incluso así, los hoteles cubanos en general no cumplen estándares internacionales.

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OTROS CAMBIOS EN LAS RELACIONES

Se eliminan los límites sobre el dinero que los estadounidenses pueden gastar diariamente en Cuba y en qué lo gastan. Se pueden usar tarjetas de crédito y débito. Los agentes de viajes y aerolíneas pueden volar a Cuba sin licencia especial. Las compañías de seguros pueden vender seguros de salud, vida y viajes a individuos que residen en Cuba o viajan allá. 
Las instituciones financieras podrán abrir cuentas en bancos cubanos para facilitar las transacciones autorizadas. Se podrá invertir en empresas pequeñas y operaciones agrícolas. Las compañías pueden enviar materiales de construcción y máquinas a compañías privadas cubanas para renovar edificios privados.

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