miércoles, 21 de marzo de 2018

Comunidad de El Corozal despidió con dolor al comerciante asesinado el lunes .


Ayer, todo era tristeza, dolor e impotencia en el paraje El Corozal, de la sección La Cabuya. La comunidad lloraba desconsoladamente a Henry Hernández (Catey), un comerciante de 45 años que recibió el último adiós de una multitud de hombres, mujeres, jóvenes, niños y ancianos que lo tenían como al padre, corazón y alma de su barrio.
La gente seguía en vehículos y a pies el féretro, con el rostro lleno de lágrimas. Los que presenciaban el recorrido con el cuerpo sin vida del comerciante sentían el mismo dolor por la pérdida. Catey era muy conocido en la zona porque desde hace años se dedicaba al negocio de lotería electrónica casa por casa.
La capilla Nuestra Señora del Rosario resultó pequeña para acoger a los cientos de personas que acudieron a la misa de cuerpo presente para despedir a Catey, muerto el pasado lunes a las 4:30 de la tarde por dos delincuentes para despojarlo de su motocicleta y dinero en efectivo. Uno de los malhechores fue atrapado y quemado vivo por una multitud enfurecida en la comunidad de La Privada, donde ocurrió el hecho.
“Ay, Dios mío, me mataron a mi papá”, gritaba desconsolada una de las hijas del malogrado comerciante, mientras el sacerdote Ignacio Santiago pronunciaba la homilía, destacando las cualidades humanitarias de la víctima.
El religioso dijo que en el país hay una descomposición social preocupante muy parecida a la que se vive en México y Colombia con tantos hechos de sangre. A juicio del sacerdote, el Estado dominicano debe implementar políticas para brindarle a los jóvenes la oportunidad de tener empleo. Asimismo, habló de la importancia del rol que tienen que asumir los padres con sus hijos y no dejarles toda la tarea de la educación al sistema escolar.
El sacerdote dijo además que Catey era el papá de la comunidad, el amigo y el hermano de todos, razón por la que entiende que se ha perdido una gran persona, solidaria y generosa.
Igual habló José Lantigua, que vive en la comunidad de La Privada, a pocos metros de donde ocurrió el crimen, quien dijo que su muerte lleva luto a toda la comunidad porque era un hombre querido en el pueblo.
Advertencia. Francisco y Alejandro Hernández, hermano y primo del comerciante, advirtieron a los delincuentes que los que intenten hacer lo mismo con otras personas en la comunidad también serán muertos y quemados. “Este es nuestro mensaje a los ladrones, los mataremos y los quemaremos si vienen a nuestro barrio. Ya estamos cansados de tantos delincuentes”, señalaron, aún con el dolor que los embarga por el asesinato de Catey.
Los que mataron a Catey fueron identificados por la Policía como Wellington Peralta Rodríguez (Papito), de 30 años, y Eliezer Sánchez Contreras, de 29, cuyo cadáver fue totalmente quemado por la turba. Ambos residían en el Riíto...........Fuente:Hoy.com.do/Por:Jose Alfredo Espinal

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