SANTO DOMINGO ESTE/Diariolibre.- La superstición o la negativa a resignarse ante la
muerte han llevado a un grupo de personas a ejecutar un extraño ritual
en espera de que una integrante de su familia, cuya muerte clínica fue
dictaminada por los médicos de un hospital, retorne a la vida.
Cándida
Montero Medina, una mujer afectada de sida, falleció este martes en el
Hospital Vinicio Calventi de Los Alcarrizos y luego de cumplidos los
trámites de rigor, el cuerpo fue entregado a sus familiares.
Durante
el sepelio, que se realizaba al mediodía de hoy en el Cementerio
Cristo Salvador, uno de los familiares de Cándida afirmó que esta se
había movido por lo que decidieron llevarla donde un brujo.
El
brujo les dio una pócima para que la rociaran sobre el cadáver; les
ordenó también que colocaran el féretro abierto frente a la tumba del
"barón del cementerio", que es la primera persona enterrada en un
camposanto.
Alrededor del ataúd hay un grupo que impide que personas ajenas a la fallecida se acerquen.
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