No tienen función fisiológica ninguna y, sin embargo, ahí están. ¿Por qué?
La respuesta se encuentra en el proceso del desarrollo embrionario. El embrión no tiene inicialmente un sexo definido, por lo que sigue su patrón de desarrollo sin tener ese factor en cuenta. Es en las primeras semanas de gestación cuando se activa un gen del cromosoma Y si este se encuentra presente (lo que ocurre en los varones).
En ese caso se producen cambios que conducen al desarrollo de los testículos, que comienzan a producir testosterona (hormona sexual masculina) a la novena semana de gestación, lo que induce modificaciones en los genitales y el cerebro.
Pero la glándula mamaria y los pezones ya estaban allí, y no sufren modificación alguna.
¿Y si no sirven porqué no los ha eliminado la evolución?
Pues porque no molestan, porque no causa ningún perjuicio su presencia. Y han quedado como otros restos vestigiales, como el cóccix (hueso sacro) o el apéndice.
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