Son esa especie de cortezas blancas (a veces de colores pastel gracias a los aditivos colorantes), rizadas, con volumen, muy ligeras y de sabor muy suave que recuerda muy vagamente el de las gambas.
¿Y de qué están hechos? ¿de pan y gambas?
Bueno… en cierto sentido… pero no, me temo que ocurre algo parecido a lo de los palitos de cangrejo con el surimi.
Me explico.
La base del keropok keropok es una pasta elaborada con almidón —generalmente extraído de la mandioca o de la patata—, pasta de marisco o pescado y agua. Lo más habitual es que el almidón o fécula provenga de la raíz de mandioca triturada, una harina granulada que recibe el nombre de tapioca.
Algunos fabricantes le añaden sal, otros azúcar, otros huevo y otros… hasta un porcentaje de… ¡gambas!
Así lo de pan y gambas en cierto sentido: almidón, pero sin levadura y pasta de pescado o marisco con poca gamba.
¿Y cómo se cocina?
Al mezclar los ingredientes se obtiene una pasta. Se le da forma de cilindro y se cocina al vapor. Luego se corta el cilindro en discos lo más finos posible y se dejan secar. Después se fríen en aceite de girasol. La pasta —que tiene un tono traslúcido— empieza a ponerse blanca por los extremos y hay que retirarla tan pronto se ponga toda blanca para evitar que se queme. Y se dejan reposar sobre paño o papel para eliminar el aceite.
Y ya está.
Nota sabionda: El almidón o fécula es un hidrato de carbono que, en forma de granos microscópicos y como sustancia de reserva, se encuentra principalmente en las células de las semillas, tubérculos y raíces de muchas plantas.
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