jueves, 31 de julio de 2008

El pesimismo y la incertidumbre se apoderan de los estadounidenses .

WASHINGTON (AP).-¿Qué está pasando, que nada funciona?
Se rompen los diques. Los osos polares están a la deriva. Las casas se desvalorizan. Los costos de los pasajes aéreos, las universidades y la atención médica son prohibitivos. Los precios de la gasolina están por las nubes. La guerra contra el terrorismo y las ocupaciones de Irak y Afganistán parecen no tener fin.
La convicción de los estadounidenses de que todo es posible y de que no necesitan de nadie se tambalea. Impotentes para cambiar el rumbo de las cosas, se desvanece la sensación de que son dueños de su destino y de que todo lo pueden a la fuerza y el valor de la perseverancia.La misma campaña presidencial refleja un poco ese estado de cosas y los dos candidatos se esfuerzan por ofrecer una ilusión de orden y de esperanza. John McCain promete la seguridad que da la experiencia en tiempos inciertos. Barack Obama habla de un futuro promisorio y la gente acude masivamente a sus actos, gritando la consigna "Sí, se puede".
Pero el estadounidense común parece abatido por la andanada de noticias negativas. Una nueva encuesta de The Associated Press-Ipsos indica que apenas un 17% opina que el país está bien encaminado. Un estudio de ABC News-Washington Post señala que sólo el 14% piensa que se avanza por la senda indicada.
"Es algo que mete miedo", dijo Charles Truxal, un ejecutivo jubilado, de 64 años, de Rochester, Minnesota. "La gente piensa que las cosas van a mejorar, y no mejoran. Y uno termina encerrado en el sótano porque se avecinan tornados. Si uno lo piensa, tiene muy pocas posibilidades de cambiar las cosas".
Basta mirar el pronóstico del tiempo, abrir la billetera o ver las noticias para deprimirse.

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