Al menos 62 personas murieron hoy calcinadas y
once resultaron heridas graves después de la colisión de un autobús
repleto de pasajeros con un camión cisterna que transportaba gasolina en
el sur de Pakistán.
El siniestro ocurrió a primera hora de la mañana a las afueras de la ciudad de Karachi cuando el conductor del camión, que resultó ileso y huyó del lugar del accidente, invadió el carril contrario, dijeron a Efe los agentes de Policía Rehmat Ulá y Shah Jehan.
El doctor Imtiaz Uddin, del Centro Médico Jinnah, afirmó a Efe que 62 cadáveres y cinco heridos fueron trasladados al hospital, y añadió que los cuerpos están irreconocibles por el fuego, por lo que serán necesarias pruebas de ADN para identificar a los fallecidos.
Fuentes hospitalarias señalaron al canal local Geo que otras seis víctimas se hallan ingresadas en la institución sanitaria Pakistan Steel Mills.
En el autobús viajaban entre 60 y 70 pasajeros, algunos de ellos en el techo -los cuales lograron salvarse al saltar del vehículo-, mientras que la mayoría de las personas que ocupaban sus asientos murieron abrasadas por el fuego al quedar atrapadas.
Un equipo de bomberos se trasladó al lugar del siniestro, pero cuando lograron extinguir las llamas tanto el autobús como el camión se hallaban completamente destruidos, con lo que su labor se limitó después a recuperar los cadáveres calcinados.
Pakistán registra uno de los índices más altos del mundo de accidentes de tráfico debido al pésimo estado de las carreteras, a las deficiencias de los vehículos y a que los transportes públicos suelen circular sobrecargados de pasajeros.
El último accidente de envergadura en el país ocurrió en noviembre, cuando 54 personas murieron y diez resultaron heridas después de la colisión de un autobús de pasajeros con un camión en la provincia meridional de Sindh.
El siniestro ocurrió a primera hora de la mañana a las afueras de la ciudad de Karachi cuando el conductor del camión, que resultó ileso y huyó del lugar del accidente, invadió el carril contrario, dijeron a Efe los agentes de Policía Rehmat Ulá y Shah Jehan.
El doctor Imtiaz Uddin, del Centro Médico Jinnah, afirmó a Efe que 62 cadáveres y cinco heridos fueron trasladados al hospital, y añadió que los cuerpos están irreconocibles por el fuego, por lo que serán necesarias pruebas de ADN para identificar a los fallecidos.
Fuentes hospitalarias señalaron al canal local Geo que otras seis víctimas se hallan ingresadas en la institución sanitaria Pakistan Steel Mills.
En el autobús viajaban entre 60 y 70 pasajeros, algunos de ellos en el techo -los cuales lograron salvarse al saltar del vehículo-, mientras que la mayoría de las personas que ocupaban sus asientos murieron abrasadas por el fuego al quedar atrapadas.
Un equipo de bomberos se trasladó al lugar del siniestro, pero cuando lograron extinguir las llamas tanto el autobús como el camión se hallaban completamente destruidos, con lo que su labor se limitó después a recuperar los cadáveres calcinados.
Pakistán registra uno de los índices más altos del mundo de accidentes de tráfico debido al pésimo estado de las carreteras, a las deficiencias de los vehículos y a que los transportes públicos suelen circular sobrecargados de pasajeros.
El último accidente de envergadura en el país ocurrió en noviembre, cuando 54 personas murieron y diez resultaron heridas después de la colisión de un autobús de pasajeros con un camión en la provincia meridional de Sindh.
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