MADRID/EFE.- Los trabajos en el convento de las Trinitarias de Madrid
continúan para tratar de determinar si los restos hallados en su
interior pertenecen a Miguel de Cervantes, un descubrimiento que
dividirá la atención turística entre la capital y Alcalá de Henares, la
ciudad donde nació en 1616.
Pero el influjo turístico de Alcalá
de Henares no solo no decaerá, sino que podría incrementarse, según los
expertos, si finalmente se confirma el hallazgo.
Así lo cree la
directora del Museo Casa Natal de Cervantes de Alcalá, Carmen Pérez de
Andrés, quien considera que la posibilidad de situar en el mapa una
nueva localización en la que honrar a Miguel de Cervantes Saavedra
(1547-1616) solo puede interpretarse como "una buena noticia".
"Cuanto
más se aproxime la gente a Cervantes, probablemente sentirá más
curiosidad por ver otros lugares donde estuvo, por acercarse a su obra y
leerla. Eso a nosotros nos beneficiará, nos dará más publicidad, y
quizá venga más gente", asegura.
El vínculo entre la ciudad y el
autor del 'Quijote' es tan rotundo e indiscutible, desde el punto de
vista histórico, como el hecho de que el escritor acabara sus últimos
días en Madrid.
Y también que el último deseo del escritor fue
ser enterrado en el convento de las Trinitarias, en el centro de Madrid,
en el que profesó su hija sor Isabel.
El fundamento histórico y
documental queda asimismo certificado con la obra "La sepultura de
Miguel de Cervantes", obra de 1870 publicada a instancias de la Academia
de la Lengua y dedicada a documentar el enterramiento del autor de "El
Quijote" en la iglesia madrileña.
Ahora, casi 400 años después de
su fallecimiento -el 22 de abril de 1616- está en marcha un proyecto
que permitirá comprobar si se ha cumplido ese último deseo del escritor.
Un
proyecto que comenzó su fase definitiva el pasado 28 de abril cuando el
equipo de Luis Avial, con ayuda de un georradar y un infrarrojos,
empezó a tomar muestras del suelo, las paredes de la iglesia y de una
cripta a la que nadie accedía desde 1955.
La búsqueda se centra
en apenas doscientos metros cuadrados y es ahí donde el pasado sábado se
encontró en el nicho número 1 de la cripta un féretro en mal estado en
el que hay una tabla de madera muy deteriorada con las iniciales M.C.
remachadas en hierro.
Ahora habrá que analizar la "reducción de
huesos" asociadas a él para comprobar si son los del escritor, un hecho
que, de confirmarse sería importante por la "atracción que los muertos
generan", según señala el historiador y cronista oficial de Alcalá de
Henares, Vicente Sánchez Moltó.
"Sería bueno para Madrid, porque
la tumba de Cervantes podría convertirse en un reclamo turístico, aunque
eso no afectaría ni de forma positiva ni negativamente a Alcalá, como
tampoco al resto de ciudades cervantinas", sostiene.
Se da por
hecho de que la capital estaría llamada también a acaparar todo el
protagonismo de cara a la conmemoración el próximo año del cuarto
centenario del fallecimiento de Cervantes.
No obstante, en
opinión de Sánchez Moltó, tampoco existiría justificación para que
aparecieran suspicacias, a cuenta de las efemérides, entre las
diferentes ciudades que reivindican una parte de la biografía del
escritor, como pueden ser Valladolid, Sevilla o Ciudad Real.
Lo
que sí es justo reconocer, según la directora del museo cervantino, es
el sentido de la oportunidad que Madrid para impulsar la búsqueda de los
restos del ilustre alcalaíno.
"Todo el mundo sabía que Cervantes
estaba enterrado en las Trinitarias, pero durante todos estos siglos
nadie se ha preocupado, y es demasiada casualidad que se hayan puesto a
buscar sus restos cuando solo quedaban dos años para conmemorar el
cuatrocientos aniversario de su muerte", afirma Pérez de Andrés.
En
cualquier caso, si al final se confirma que los restos hallados son los
de Cervantes, cualquier ciudad con vinculación con el escritor se vería
beneficiada.
Porque la responsable cultural está convencida de
que "el poder de Cervantes es inmenso", al igual que su importancia,
como lo demuestra el hecho de que el Gobierno central haya declarado la
celebración del cuarto centenario de su muerte como "Acontecimiento de
Excepcional Interés Público".
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