México, (EFE).- México recibió hoy con pesar y
frustración la ejecución en Texas (EE.UU.) del reo mexicano Edgar
Tamayo, decidido en claro desacato a un fallo de derecho internacional y
desoyendo las peticiones de clemencia hechas a ambos lados de la
frontera.
El preso mexicano, de 46 años, murió a las 21.32
hora local del miércoles (03.32 GMT de este jueves) por una inyección
letal en la cárcel de Huntsville (Texas), después de que fuera condenado
a la pena capital por el asesinato en 1994 del policía estadounidense
Guy Gaddis cuando iba detenido en un auto policial.
En una reacción difundida muy poco después de que
se confirmara la muerte del reo, el Gobierno mexicano lamentó la
ejecución y recordó que ese hecho viola un fallo adoptado hace 10 años
por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
Ese fallo del llamado "Caso Avena" ordenó a EE.UU.
revisar los veredictos de culpabilidad y la pena capital impuestas a
Tamayo y otros 50 mexicanos porque se violó su derecho a ser notificados
y recibir asistencia consultar al ser detenidos.
En un comunicado, la Cancillería mexicana recordó
los pasos adoptados en el caso de Tamayo "hasta agotar todas las
instancias a su alcance, tanto internas como internacionales, con el fin
de obtener la revisión y consideración del caso por parte de las
autoridades judiciales de Texas, a la luz de la falta de notificación
consular".
"El Gobierno de México hace un llamamiento para
que tomen acciones efectivas y eviten que se ejecuten otras condenas en
desacato del fallo Avena que dañen el régimen de asistencia y protección
consular acordado entre los países", añadió la nota oficial.
El comunicado reiteró que "la importancia
fundamental de este caso es el respeto al derecho de acceso a la
protección" que ofrecen los consulados mexicanos en el exterior.
La Cancillería recordó que las autoridades mexicanas han brindando "la debida asistencia consultar" a los familiares de Tamayo.
"A solicitud de la familia Tamayo, dicha ayuda se
mantendrá en el proceso de traslado a México de los restos de Edgar
Tamayo", agregó el comunicado.
A la inmediata reacción del Gobierno se sumaron
organizaciones como Amnistía Internacional (AI), que en una nota
consideró que las circunstancias del juicio del reo, como el hecho de
que no se tomaron en cuenta elementos aportados por la defensa, como una
discapacidad mental leve, "convierten esta ejecución en un asesinato
sin ninguna justificación".
"Lo que el mundo atestiguó hoy no fue acto de
justicia sino de crueldad. Un hombre hoy fue asesinado bajo la falsa
pretensión de justicia, un hombre cuyo proceso no conoció más que la
injusticia", afirmó Perseo Quiroz, director ejecutivo de AI en México.
En México existía la esperanza de que a última
hora quedara cancelada la ejecución, confiando en que algunos de los
recursos presentados en las últimas horas forzaran al gobernador de
Texas, Rick Perry, a aplazar el ajusticiamiento o conmutar la pena.
Mientras se realizaban estos esfuerzos legales y
políticos, en el pueblo donde nació Tamayo, Miacatlán, en el estado
mexicano de Morelos (centro), vecinos del reo realizaban una cadena de
oración siguiendo a distancia los hechos que se desarrollaban en Texas.
Pero ni las plegarias ni las peticiones oficiales
de clemencia tuvieron éxito, y Tamayo se convirtió en el tercer mexicano
que es ejecutado desde que se conoció el fallo del Caso Avena,
desoyendo incluso peticiones hechas desde la Casa Blanca.
Apenas el martes, el Gobierno de Estados Unidos
reiteró su petición a las autoridades de Texas para que se aplazara la
ejecución por los efectos que puede tener en los estadounidenses
detenidos en el extranjero.
"Estamos pidiendo un retraso en su ejecución hasta
que pueda proporcionársele una revisión adecuada y una reconsideración
de si la falta de acceso consular influyó en el resultado del proceso",
afirmó el martes la portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf.
Estados Unidos "quiere poder pedir a otros países
las mismas protecciones garantizadas en la Convención de Viena, y no
quiere que eso quede minado" por su propia falta de cumplimiento en
casos como el de Tamayo, agregó.
Según el experto mexicano Luis de la Barreda
Solórzano, el empeño de Texas de terminar con la vida de Tamayo y de
otros reos incluidos en el Caso Avena hace necesarios cambios
legislativos en el país vecino para que el presidente conmute una pena
capital cuando los gobernadores se nieguen a dar ese paso.
"Creo que el derecho a otorgar el perdón, la
conmutación, debe ser en primera instancia del gobernador, pero en una
instancia superior, del presidente", dijo a Efe De la Barreda,
coordinador del Programa de Derechos Humanos de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM).
De la Barreda recordó que EE.UU. "es un solo país" y debe acatar los fallos internacionales.
Familiares de Tamayo piden que no haya represalias contra presos de EEUU
Los familiares del preso mexicano Edgar Tamayo,
ejecutado la pasada noche en Texas, pidieron hoy que no haya represalias
contra presos estadounidenses en otros países y abogaron por que la
polémica suscitada con este caso "acabe aquí".
Tamayo murió por inyección letal la noche del
miércoles en la prisión de Huntsville, con tres horas de retraso sobre
el horario previsto, y después de que el Tribunal Supremo rechazara el
último recurso de sus abogados.
La ejecución se produjo tras una fuerte polémica
internacional que pone nuevamente en la diana al estado de Texas, y en
medio de protestas de organizaciones políticas y sociales que
denunciaron que el preso no tuvo una defensa legal adecuada.
La tía de Edgar Tamayo, Grace Tamayo, pidió a la
comunidad mexicana que no tome represalias en contra de los
norteamericanos en las cárceles de México. "Esto tiene que acabar aquí,
ellos no tienen la culpa de lo que paso hoy aquí", dijo.
Gaby Domenzain, portavoz de las abogadas de
Tamayo, dijo al concluir la ejecucion que "no sólo el gobernador de
Texas, Rick Perry, y el Procurador del estado, Greg Abbott, faltaron a
su palabra, sino que también le faltaron al respeto a la comunidad
internacional, a la Mexicana, a Estados Unidos y a Texas".
La abogada Sandra Babcock, representante legal de
Tamayo, dijo que una vez más el estado de Texas "ha ignorado las leyes
de Estados Unidos y los tratados internacionales", y reiteró que de
haber contado con asistencia consular durante su juicio, Tamayo "no
hubiera sido condenado a muerte".
"Es necesario que el Congreso de Estados Unidos
actúe con prontitud en la aprobación de una ley que garantice el respeto
a la notificación consular, y que proporcione los mecanismos para hacer
que estados como Texas lleven a cabo la revisión de los casos de los
mexicanos condenados a muerte en el país", subrayó la abogada.
Tamayo no emitió palabra alguna antes de morir y
en ningún momento dirigió la mirada a la familia de su víctima, que se
encontraba presente en una sala aledaña a la Cámara de Ejecución, según
contaron testigos presenciales.
A la ejecución asistieron como testigos cinco
familiares de Guy Gaddis, el policía de Houston asesinado en 1994 a
manos de Tamayo.
El expediente del caso indica que Tamayo disparó
al agente en al menos tres ocasiones, cuando este, después de detenerlo
por asalto, lo conducía en la unidad policial a la cárcel en Houston.
"Hacemos llegar nuestras condolencias a la familia
del Sr. Tamayo. Nosotros no pedimos que pasara esto pero así lo decidió
un jurado. Por lo tanto se hizo justicia", dijo Gary Gladis, hermano
del policía asesinado por Tamayo.
Gary Gaddis hizo llegar un mensaje de
disconformidad al Secretario de Estado John Kerry, a quien advirtió que
no debe intervenir buscando impedir la aplicación de la justicia en su
nación y en el estado de Texas, en aras de cumplir con compromisos
internacionales.
Por su parte la madre de Gaddis, Gayle Gaddis, dio
las gracias al salir de la Unidad de las Paredes en Huntsville a las
organizaciones de policías que los han apoyado estos 20 años, tras el
asesinato de su hijo, y dijo que su "despedazado corazón estará más
tranquilo a partir del día de hoy".
Representantes del Consulado de México en Houston y
de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que estuvieron en el
exterior de la Unidad de las Paredes de la cárcel en el momento de la
ejecución, aseguraron que el gobierno mexicanó agoto todas las
instancias posibles para salvar la vida a Tamayo.
Indicaron, asimismo, que ayudará a la familia
Tamayo en el traslado del cuerpo de Edgar Tamayo de Huntsville, Texas, a
Morelos, México.
El preso mexicano fue ejecutado con una dosis
letal de Pentobarbital y, de acuerdo con los testigos de la ejecución,
se limitó a cerrar los ojos y no hizo ruido alguno antes de morir. EFE
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