Huntsville (EEUU), - Los familiares del preso mexicano Edgar Tamayo, ejecutado anoche en Texas, pidieron hoy que no haya represalias contra presos estadounidenses en otros países y abogaron por que la polémica suscitada con este caso "acabe aquí".
Tamayo murió por inyección letal anoche en la prisión de Huntsville, con tres horas de retraso sobre el horario previsto, y después de que el Tribunal Supremo rechazara el último recurso de sus abogados.
La ejecución se produjo tras una fuerte polémica internacional que pone nuevamente en la diana al estado de Texas, y en medio de protestas de organizaciones políticas y sociales que denunciaron que el preso no tuvo una defensa legal adecuada.
La tía de Edgar Tamayo, Grace Tamayo, pidió a la comunidad mexicana que no tome represalias en contra de los norteamericanos en las cárceles de México. "Esto tiene que acabar aquí, ellos no tienen la culpa de lo que pasó hoy aquí", dijo.
Gaby Domenzain, portavoz de las abogadas de Tamayo, dijo al concluir la ejecución que "no sólo el gobernador de Texas, Rick Perry, y el Procurador del estado, Greg Abbott, faltaron a su palabra, sino que también le faltaron al respeto a la comunidad internacional, a la mexicana, a Estados Unidos y a Texas".
La abogada Sandra Babcock, representante legal de Tamayo, dijo que una vez más el estado de Texas "ha ignorado las leyes de Estados Unidos y los tratados internacionales", y reiteró que de haber contado con asistencia consular durante su juicio, Tamayo "no hubiera sido condenado a muerte".
"Es necesario que el Congreso de Estados Unidos actúe con prontitud en la aprobación de una ley que garantice el respeto a la notificación consular, y que proporcione los mecanismos para hacer que estados como Texas lleven a cabo la revisión de los casos de los mexicanos condenados a muerte en el país", subrayó la abogada.
Tamayo no emitió palabra alguna antes de morir y en ningún momento dirigió la mirada a la familia de su víctima, que se encontraba presente en una sala aledaña a la Cámara de Ejecución, según contaron testigos presenciales.
Representantes del Consulado de México en Houston y de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que estuvieron en el exterior de la Unidad de las Paredes de la cárcel en el momento de la ejecución, aseguraron que el gobierno mexicano agotó todas las instancias posibles para salvar la vida a Tamayo.
Indicaron, asimismo, que ayudará a la familia Tamayo en el traslado del cuerpo de Edgar Tamayo de Huntsville, Texas, a Morelos, México.
El preso mexicano fue ejecutado con una dosis letal de Pentobarbital y, de acuerdo con los testigos de la ejecución, se limitó a cerrar los ojos y no hizo ruido alguno antes de morir.
Tamayo murió por inyección letal anoche en la prisión de Huntsville, con tres horas de retraso sobre el horario previsto, y después de que el Tribunal Supremo rechazara el último recurso de sus abogados.
La ejecución se produjo tras una fuerte polémica internacional que pone nuevamente en la diana al estado de Texas, y en medio de protestas de organizaciones políticas y sociales que denunciaron que el preso no tuvo una defensa legal adecuada.
La tía de Edgar Tamayo, Grace Tamayo, pidió a la comunidad mexicana que no tome represalias en contra de los norteamericanos en las cárceles de México. "Esto tiene que acabar aquí, ellos no tienen la culpa de lo que pasó hoy aquí", dijo.
Gaby Domenzain, portavoz de las abogadas de Tamayo, dijo al concluir la ejecución que "no sólo el gobernador de Texas, Rick Perry, y el Procurador del estado, Greg Abbott, faltaron a su palabra, sino que también le faltaron al respeto a la comunidad internacional, a la mexicana, a Estados Unidos y a Texas".
La abogada Sandra Babcock, representante legal de Tamayo, dijo que una vez más el estado de Texas "ha ignorado las leyes de Estados Unidos y los tratados internacionales", y reiteró que de haber contado con asistencia consular durante su juicio, Tamayo "no hubiera sido condenado a muerte".
"Es necesario que el Congreso de Estados Unidos actúe con prontitud en la aprobación de una ley que garantice el respeto a la notificación consular, y que proporcione los mecanismos para hacer que estados como Texas lleven a cabo la revisión de los casos de los mexicanos condenados a muerte en el país", subrayó la abogada.
Tamayo no emitió palabra alguna antes de morir y en ningún momento dirigió la mirada a la familia de su víctima, que se encontraba presente en una sala aledaña a la Cámara de Ejecución, según contaron testigos presenciales.
Representantes del Consulado de México en Houston y de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que estuvieron en el exterior de la Unidad de las Paredes de la cárcel en el momento de la ejecución, aseguraron que el gobierno mexicano agotó todas las instancias posibles para salvar la vida a Tamayo.
Indicaron, asimismo, que ayudará a la familia Tamayo en el traslado del cuerpo de Edgar Tamayo de Huntsville, Texas, a Morelos, México.
El preso mexicano fue ejecutado con una dosis letal de Pentobarbital y, de acuerdo con los testigos de la ejecución, se limitó a cerrar los ojos y no hizo ruido alguno antes de morir.
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