Rafael Sosa Rodríguez, hombre de 51 años de edad que
mató de varios disparos a tres mujeres en Moca, golpeaba frecuentemente a
su pareja Andreina María Espinal, de 23 años de edad, antes de
asesinarla junto a Lisbet Lugo Espinal, de 25 años, y Antonia María
Espinal Díaz.
En medio del dolor por la tragedia, la madre de Andreina, Magdalena Guzmán, dijo que desconocía la gravedad de los problemas entre su hija y el agresor, no obstante, en su celular escuchaba una y otra vez los últimos mensajes de voz que en el día de ayer ella le había enviado para calmarla.
En dos ocasiones Andreina decía en su mensaje de voz: “No pasa nada mami, tranquila estoy aquí con mi negro”, pero más adelante en otro mensaje se escucha la voz de Rafelito diciendo: “Si sigue jodiendo le voy a dar una pata’ que va a llegar a su casa”.
En el velatorio, los familiares más cercanos también cuentan que las golpizas que Rafelito le propinaba eran casi a diario y que con mucha frecuencia la entregaba en su casa. La joven residía en la casa de sus padres María Magdalena Guzmán y el reconocido mecánico Pedro Andrés Espinal (Matota).
Igualmente, su padre Andrés Espinal declaró a la prensa que fue hoy que se enteró, por las versiones que los vecinos ofrecieron a la Policía, de que las agresiones a su hija eran constantes y que en muchas ocasiones la encerrada en la habitación hasta que mejoraran los golpes.
Las historias de los familiares son escalofriantes hasta señalar intimidades de la pareja en las que cuentan que él marcaba el cuerpo de la joven para exhibirla, y que cuando el salía del país la dejaba sin comunicación y ella tenía que enviarle fotos a diario de le demostraran que no le era infiel.
Señalaron que todos conocían lo que él le hacía y nadie hizo ninguna denuncia. Otros consideraron que era una tragedia anunciada.
El abogado del victimario, Ramón Elías Schira, quien además dijo ser su compadre, declaró que su defendido había pasado la tarde tomando bebidas alcohólicas con la joven y las otras dos mujeres, y que al momento del hecho estaba extremadamente ebrio.
Sin embargo, negó que su defendido fuera deportado de los Estados Unidos, pero confirmó que sí tenía un proceso abierto en esa nación por asuntos vinculados al negocio al cual se dedicaba, que era a la venta de cigarrillos.
Rafelito tenía aproximadamente 5 años viviendo solo en Estancia Nueva, Moca, en una residencia de su propiedad, y había tenido varios negocios de venta de bebidas alcohólicas, pero, según el abogado, ya solo se dedicaba a sus negocios en el exterior.
No se le conoce que tenga algún matrimonio y los hijos que ha procreado son con varias mujeres.
Los restos de las mujeres están siendo velados en la funeraria municipal de Moca para ser sepultados mañana.
El Hecho
La tragedia ocurrió cerca de las 6:00 de la mañana del jueves en la residencia del victimario, Tomás Rafael Sosa Rodríguez, ubicada en el residencial Villa Estancia Nueva, de esta ciudad de Moca.
Rafelito, luego de cometer el hecho de sangre se entregó a la Policía.
Las versiones de los vecinos señalan que a esa hora se escucharon los gritos desesperados de Andreina pidiendo auxilio, pero que poco después se escucharon muchos disparos.
Ella tuvo tiempo para llamar a su tía Antonia María Espinal Díaz, quien fue acompañada de su hija Lisbet Lugo, pero ambas fueron recibidas a tiros por el homicida.
Espinal Guzmán y Lugo Espinal fallecieron inmediatamente, mientras que Antonia María falleció momentos después en el Centro Médico Guadalupe.
En medio del dolor por la tragedia, la madre de Andreina, Magdalena Guzmán, dijo que desconocía la gravedad de los problemas entre su hija y el agresor, no obstante, en su celular escuchaba una y otra vez los últimos mensajes de voz que en el día de ayer ella le había enviado para calmarla.
En dos ocasiones Andreina decía en su mensaje de voz: “No pasa nada mami, tranquila estoy aquí con mi negro”, pero más adelante en otro mensaje se escucha la voz de Rafelito diciendo: “Si sigue jodiendo le voy a dar una pata’ que va a llegar a su casa”.
En el velatorio, los familiares más cercanos también cuentan que las golpizas que Rafelito le propinaba eran casi a diario y que con mucha frecuencia la entregaba en su casa. La joven residía en la casa de sus padres María Magdalena Guzmán y el reconocido mecánico Pedro Andrés Espinal (Matota).
Igualmente, su padre Andrés Espinal declaró a la prensa que fue hoy que se enteró, por las versiones que los vecinos ofrecieron a la Policía, de que las agresiones a su hija eran constantes y que en muchas ocasiones la encerrada en la habitación hasta que mejoraran los golpes.
Las historias de los familiares son escalofriantes hasta señalar intimidades de la pareja en las que cuentan que él marcaba el cuerpo de la joven para exhibirla, y que cuando el salía del país la dejaba sin comunicación y ella tenía que enviarle fotos a diario de le demostraran que no le era infiel.
Señalaron que todos conocían lo que él le hacía y nadie hizo ninguna denuncia. Otros consideraron que era una tragedia anunciada.
El abogado del victimario, Ramón Elías Schira, quien además dijo ser su compadre, declaró que su defendido había pasado la tarde tomando bebidas alcohólicas con la joven y las otras dos mujeres, y que al momento del hecho estaba extremadamente ebrio.
Sin embargo, negó que su defendido fuera deportado de los Estados Unidos, pero confirmó que sí tenía un proceso abierto en esa nación por asuntos vinculados al negocio al cual se dedicaba, que era a la venta de cigarrillos.
Rafelito tenía aproximadamente 5 años viviendo solo en Estancia Nueva, Moca, en una residencia de su propiedad, y había tenido varios negocios de venta de bebidas alcohólicas, pero, según el abogado, ya solo se dedicaba a sus negocios en el exterior.
No se le conoce que tenga algún matrimonio y los hijos que ha procreado son con varias mujeres.
Los restos de las mujeres están siendo velados en la funeraria municipal de Moca para ser sepultados mañana.
El Hecho
La tragedia ocurrió cerca de las 6:00 de la mañana del jueves en la residencia del victimario, Tomás Rafael Sosa Rodríguez, ubicada en el residencial Villa Estancia Nueva, de esta ciudad de Moca.
Rafelito, luego de cometer el hecho de sangre se entregó a la Policía.
Las versiones de los vecinos señalan que a esa hora se escucharon los gritos desesperados de Andreina pidiendo auxilio, pero que poco después se escucharon muchos disparos.
Ella tuvo tiempo para llamar a su tía Antonia María Espinal Díaz, quien fue acompañada de su hija Lisbet Lugo, pero ambas fueron recibidas a tiros por el homicida.
Espinal Guzmán y Lugo Espinal fallecieron inmediatamente, mientras que Antonia María falleció momentos después en el Centro Médico Guadalupe.
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