WASHINGTON/efe — Estados Unidos no liberará a presos potencialmente peligrosos de Guantánamo en su propio territorio, sino que los juzgará en cortes del país o los trasladará a sus respectivas naciones, aseguró ayer el vicepresidente, Joe Biden. “No liberaremos a (esas) personas dentro de EE.UU., porque hasta donde yo sé no son ciudadanos estadounidenses”, explicó Biden en el programa “Face The Nation” de la cadena de televisión CBS.
En un intento de calmar las voces críticas a la decisión del presidente Barack Obama, de cerrar en un plazo de un año la prisión de Guantánamo, Biden precisó que los detenidos acusados de terrorismo serán “trasladados y juzgados en cortes estadounidenses, cortes militares, o serán devueltos a sus respectivos países”.
El procedimiento para cerrar Guantánamo será complicado, ya que en la actualidad permanecen en esa cárcel ubicada en el oriente de Cuba en torno a 245 presos. Una parte de ellos, entre 50 y 60, según algunas fuentes, han recibido el visto bueno para su liberación y el nuevo Gobierno planea transferirlos a terceros países.
No obstante, hasta ahora EE.UU. tiene problemas para encontrar naciones dispuestas a acoger a estos presos. En ningún caso se enviará a los presos a países donde puedan ser torturados, aunque sean los suyos propios, prometió la Casa Blanca. En este contexto, Biden sugirió que el cierre de Guantánamo llevará tiempo, si bien insistió en que se hará en el plazo fijado porque el Gobierno “mira prisionero por prisionero” para definir su futuro.
El vicepresidente calificó la decisión de Obama de prudente, al argumentar que Guantánamo en particular y el legado que ha dejado la administración de George W. Bush en materia de rendiciones, detenciones y torturas han provocado que las organizaciones terroristas se hayan fortalecido en lugar de debilitado.
En un intento de calmar las voces críticas a la decisión del presidente Barack Obama, de cerrar en un plazo de un año la prisión de Guantánamo, Biden precisó que los detenidos acusados de terrorismo serán “trasladados y juzgados en cortes estadounidenses, cortes militares, o serán devueltos a sus respectivos países”.
El procedimiento para cerrar Guantánamo será complicado, ya que en la actualidad permanecen en esa cárcel ubicada en el oriente de Cuba en torno a 245 presos. Una parte de ellos, entre 50 y 60, según algunas fuentes, han recibido el visto bueno para su liberación y el nuevo Gobierno planea transferirlos a terceros países.
No obstante, hasta ahora EE.UU. tiene problemas para encontrar naciones dispuestas a acoger a estos presos. En ningún caso se enviará a los presos a países donde puedan ser torturados, aunque sean los suyos propios, prometió la Casa Blanca. En este contexto, Biden sugirió que el cierre de Guantánamo llevará tiempo, si bien insistió en que se hará en el plazo fijado porque el Gobierno “mira prisionero por prisionero” para definir su futuro.
El vicepresidente calificó la decisión de Obama de prudente, al argumentar que Guantánamo en particular y el legado que ha dejado la administración de George W. Bush en materia de rendiciones, detenciones y torturas han provocado que las organizaciones terroristas se hayan fortalecido en lugar de debilitado.
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