NUEVA YORK.- Ahogado por el llanto, Héctor Orbe, un inmigrante dominicano que tiene 14 años residiendo en Nueva York, denunció que su hijo, el estudiante Yeiro Orbe (21 años de edad), fue ejecutado por agentes de la unidad elite “Lince” de la Policía Nacional dominicana después que fuera herido y arrestado en una redada llevada a cabo en el ensanche Espaillat, de Santo Domingo, el pasado 11 de diciembre en la noche.
Orbe dijo que otro joven apresado junto a su hijo fue testigo del asesinato a sangre fría cometido por agentes enmascarados dentro de una camioneta. Agregó que el hecho de que dispararan a éste en el torso, es una evidencia irrebatible.
El estudiante convivía con su madre Francia Batista en Santo Domingo y la noche en que fue muerto pidió permiso a ella para salir a comprar un “pica pollo”. Después de salir del establecimiento y todavía con la comida en la mano, mientras regresaban a pie a la casa, fueron interceptados por una patrulla cuyos integrantes sin mediar palabras los apresaron.
El joven, que según su progenitor cursaba el cuarto semestre de ingeniería en una universidad privada, fue baleado en un pie y luego montado en una camioneta en la que, estando herido, fue “ejecutado”.
El acompañante de la víctima, cuyo nombre se reservó Orbe por temor a que la policía tome represalias, sostiene que cuando iban en la camioneta, el herido se quejaba constantemente del fuerte dolor que sufría por la herida y pedía que lo llevaran a un hospital, pero en vez de eso, dos policías se disputaban cuál de ellos lo mataría primero.
“¡Mátalo, mátalo!”, exigía un policía a otro y una oficial de la uniformada que iba en la patrulla se opuso a que el estudiante fuera asesinado y recriminó a sus colegas por el hecho, pero éstos hicieron caso omiso, lo voltearon boca abajo y le dieron el tiro de gracia en la cabeza, con otro balazo en el torso.
El padre señaló que después de asesinar a su hijo, la Policía lo acusó de ser un “delincuente armado y peligroso” y que se enfrentó a la patrulla. Rechazó que su hijo haya portado armas de fuego nunca en su vida y dijo que todo lo que hacía era dedicarse a estudiar para convertirse en un profesional en el futuro.
“Pero no sólo lo asesinaron”, añadió el padre del joven. “Además le quitaron la ropa, el celular y el dinero que yo le había enviado desde Nueva York”, relató anegado en llanto mostrando un recibo de una agencia de envíos que especifica que Orbe había enviado a su hijo $140 dólares.
“Queremos que el Presidente de la República y el Jefe de la Policía ordenen una investigación para que se esclarezca el caso y los asesinos de mi hijo vayan a la cárcel como manda la ley”, expresió Orbe, que es un trabajador de la construcción deshabilitado por un accidente y tiene una mano mutilada.
Orbe dijo que otro joven apresado junto a su hijo fue testigo del asesinato a sangre fría cometido por agentes enmascarados dentro de una camioneta. Agregó que el hecho de que dispararan a éste en el torso, es una evidencia irrebatible.
El estudiante convivía con su madre Francia Batista en Santo Domingo y la noche en que fue muerto pidió permiso a ella para salir a comprar un “pica pollo”. Después de salir del establecimiento y todavía con la comida en la mano, mientras regresaban a pie a la casa, fueron interceptados por una patrulla cuyos integrantes sin mediar palabras los apresaron.
El joven, que según su progenitor cursaba el cuarto semestre de ingeniería en una universidad privada, fue baleado en un pie y luego montado en una camioneta en la que, estando herido, fue “ejecutado”.
El acompañante de la víctima, cuyo nombre se reservó Orbe por temor a que la policía tome represalias, sostiene que cuando iban en la camioneta, el herido se quejaba constantemente del fuerte dolor que sufría por la herida y pedía que lo llevaran a un hospital, pero en vez de eso, dos policías se disputaban cuál de ellos lo mataría primero.
“¡Mátalo, mátalo!”, exigía un policía a otro y una oficial de la uniformada que iba en la patrulla se opuso a que el estudiante fuera asesinado y recriminó a sus colegas por el hecho, pero éstos hicieron caso omiso, lo voltearon boca abajo y le dieron el tiro de gracia en la cabeza, con otro balazo en el torso.
El padre señaló que después de asesinar a su hijo, la Policía lo acusó de ser un “delincuente armado y peligroso” y que se enfrentó a la patrulla. Rechazó que su hijo haya portado armas de fuego nunca en su vida y dijo que todo lo que hacía era dedicarse a estudiar para convertirse en un profesional en el futuro.
“Pero no sólo lo asesinaron”, añadió el padre del joven. “Además le quitaron la ropa, el celular y el dinero que yo le había enviado desde Nueva York”, relató anegado en llanto mostrando un recibo de una agencia de envíos que especifica que Orbe había enviado a su hijo $140 dólares.
“Queremos que el Presidente de la República y el Jefe de la Policía ordenen una investigación para que se esclarezca el caso y los asesinos de mi hijo vayan a la cárcel como manda la ley”, expresió Orbe, que es un trabajador de la construcción deshabilitado por un accidente y tiene una mano mutilada.
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