SANTO DOMINGO, República Dominicana/AP — La Procuraduría General de República Dominicana solicitó el jueves el apoyo de Interpol para detener al sacerdote polaco Gil Wojciech, quien se encuentra prófugo desde que en mayo fue acusado de abuso sexual contra varios niños.
"Esperamos contar con la colaboración de los organismos internacionales" para que Wojciech "pueda ser juzgado en República Dominicana", manifestó el procurador general Francisco Domínguez Brito en un comunicado enviado a Interpol y a la policía local.
El funcionario precisó que el cura de 36 años "se ausentó de su domicilio y del país para sustraerse del proceso que se sigue en su contra por supuesta violación y agresión sexual agravada" contra menores de edad.
Wojciech, conocido como padre Alberto Gil, fue acusado por supuesto abuso sexual de tres monaguillos de la iglesia de Juncalito, 200 kilómetros al noroeste de la capital, donde fungió como párroco durante ocho años.
Cuando las familias de los niños presentaron la querella, el sacerdote se encontraba de vacaciones en Polonia, de donde nunca regresó, aunque sí se comunicó en alguna ocasión por teléfono con medios de comunicación dominicanos para defender su inocencia.
Ramón Peralta, padre de uno de los niños, había explicado a The Associated Press que su hijo le confió que el sacerdote lo manoseó sexualmente en varias ocasiones a lo largo de unos tres años. Los otros dos menores de edad indicaron, según la querella, que Wojciech les pedía que vistieran tangas para tomarles videos y fotografías con la promesa de llevarlos de viaje a la playa y a Europa.
El sacerdote sí llevó a algunos niños de su iglesia de Juncalito a Polonia.
En un allanamiento a la casa curial, la fiscalía de la provincia Santiago, donde ubica el municipio, confiscó ropa interior femenina, discos duros y memorias digitales, pero se ha abstenido de precisar el contenido de esos dispositivos. La fiscal Luisa Liranzo se ha limitado a insistir que cuenta con pruebas contundentes contra el sacerdote.
Domínguez Brito solicitó el apoyo de Interpol para arrestar al sacerdote, luego de que una corte de Santiago declaró a Wojciech a mediados de septiembre en rebeldía por no presentarse a ninguno de los citatorios.
La arquidiócesis de Santiago anunció que debido a las denuncias de pederastia, la congregación San Miguel Arcángel, de la que forma parte Wojciech, lo suspendió de sus funciones sacerdotales.
El proceso judicial contra el padre ocurre de forma simultánea a las investigaciones por supuesta pederastia realizan por separado la Procuraduría y el Vaticano en contra del recién destituido nuncio apostólico, el sacerdote polaco Jósef Wesolowski. Según las denuncias surgidas a través de la prensa, Wesolowski pagaba a niños que trabajan como limpiabotas para filmarlos mientras se masturbaban.
Wojciech y Wesolowski, quien fue retirado en agosto, mantenían una larga amistad.
"Esperamos contar con la colaboración de los organismos internacionales" para que Wojciech "pueda ser juzgado en República Dominicana", manifestó el procurador general Francisco Domínguez Brito en un comunicado enviado a Interpol y a la policía local.
El funcionario precisó que el cura de 36 años "se ausentó de su domicilio y del país para sustraerse del proceso que se sigue en su contra por supuesta violación y agresión sexual agravada" contra menores de edad.
Wojciech, conocido como padre Alberto Gil, fue acusado por supuesto abuso sexual de tres monaguillos de la iglesia de Juncalito, 200 kilómetros al noroeste de la capital, donde fungió como párroco durante ocho años.
Cuando las familias de los niños presentaron la querella, el sacerdote se encontraba de vacaciones en Polonia, de donde nunca regresó, aunque sí se comunicó en alguna ocasión por teléfono con medios de comunicación dominicanos para defender su inocencia.
Ramón Peralta, padre de uno de los niños, había explicado a The Associated Press que su hijo le confió que el sacerdote lo manoseó sexualmente en varias ocasiones a lo largo de unos tres años. Los otros dos menores de edad indicaron, según la querella, que Wojciech les pedía que vistieran tangas para tomarles videos y fotografías con la promesa de llevarlos de viaje a la playa y a Europa.
El sacerdote sí llevó a algunos niños de su iglesia de Juncalito a Polonia.
En un allanamiento a la casa curial, la fiscalía de la provincia Santiago, donde ubica el municipio, confiscó ropa interior femenina, discos duros y memorias digitales, pero se ha abstenido de precisar el contenido de esos dispositivos. La fiscal Luisa Liranzo se ha limitado a insistir que cuenta con pruebas contundentes contra el sacerdote.
Domínguez Brito solicitó el apoyo de Interpol para arrestar al sacerdote, luego de que una corte de Santiago declaró a Wojciech a mediados de septiembre en rebeldía por no presentarse a ninguno de los citatorios.
La arquidiócesis de Santiago anunció que debido a las denuncias de pederastia, la congregación San Miguel Arcángel, de la que forma parte Wojciech, lo suspendió de sus funciones sacerdotales.
El proceso judicial contra el padre ocurre de forma simultánea a las investigaciones por supuesta pederastia realizan por separado la Procuraduría y el Vaticano en contra del recién destituido nuncio apostólico, el sacerdote polaco Jósef Wesolowski. Según las denuncias surgidas a través de la prensa, Wesolowski pagaba a niños que trabajan como limpiabotas para filmarlos mientras se masturbaban.
Wojciech y Wesolowski, quien fue retirado en agosto, mantenían una larga amistad.
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