Por esta razón, Leroy Abraham, de 15 años, ha tenido que empezar a asistir a terapia psicológica para lidiar con este y otros problemas de ansiedad y trastornos del sueño, secuelas del trauma producido por el hecho en el que fue atacado por tres personas.
"Mi hijo no se siente bien, no duerme bien, no come como debe comer, está bajo varios medicamentos, por eso lo han mandado a tomar varias sesiones de terapia con una psicóloga", explica la madre del adolescente, Ana Encarnación.
Encarnación narra que desde el día del ataque tanto la vida de su hijo como la suya ha dado un giro negativo.
"Al igual que él, yo duermo poco porque tengo que estar atenta a él, voy a mi trabajo dos o tres horas y debo regresar de inmediato para ver como esta; las citas del psicólogo nos quedan en Bruselas que está a 40 minutos en auto, y todo eso es gasto por la gasolina y los medicamentos".
Asimismo, dice que su hijo no ha vuelto a la escuela tras el incidente por motivo de ansiedad y que además de la terapia lo ha apuntado a clases de gimnasia a fin de que libere el estrés.
Sobre los agresores del menor, la madre contrató personalmente a un equipo de abogados para llevarlos ante la justicia, pues, asegura, las autoridades no le han dado continuidad al caso. El equipo legal intenta que se le imputen cargos por intento de homicidio y agresión por racismo.
El pasado 26 de agosto, mientras Leroy esperaba un tren en la estación Aarschot, donde reside junto a su madre desde hace cinco años, fue atacado tanto verbal como físicamente por dos mujeres y un hombre, que se encontraban en estado de ebriedad.
El hombre lo lanzó a las vías y la hermana del adolescente, quien grabó un video que se hizo viral en las redes sociales, corrió a socorrerlo.
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