WASHINGTON./EFE- El presidente Barack Obama insinuó el martes al asumir el cargo una política exterior en la cual Estados Unidos podría incluso extender la mano a tiranos y corruptos que reconozcan su posición equivocada. Pero puso como condición que deben tomar la iniciativa de "abrir el puño" primero. Obama no proporcionó detalles de su estrategia en su discurso al asumir el cargo. Sin embargo, lo que dijo podría alentar pocas expectativas de un cambio inmediato, e insinuó que Estados Unidos se sentaría a esperar primero una muestra de cambio de los demás. Incluso en los mercados, lo que dijo sobre su efecto en la pobreza no parece alejarse mucho de lo que su antecesor, George W. Bush, solía afirmar en su empeño de promover el comercio internacional, un tema que el nuevo presidente ignoró totalmente. "No nos preguntamos si el mercado es una fuerza para bien o mal", dijo Obama. "Su poder para generar riqueza y extender la libertad no tiene paralelo". Pero luego fijó la línea divisoria con Bush en esa área: "Esta crisis nos recuerda que sin supervisión, el mercado puede salirse de control y que una nación no puede prosperar mucho cuando sólo está en favor de los prósperos". Obama tuvo una sola referencia directa a un tema internacional cuando, dirigiéndose al "mundo musulmán" abordó los retos. "Con el mundo musulmán, buscaremos una nueva forma de seguir adelante, basada en el interés mutuo y el respeto mutuo", dijo. La conclusión de algunos analistas es no se esperaba cambio inmediato en esas relaciones ya que nada entre el mundo musulmán y Estados Unidos parecía dar base, por ahora, a la posibilidad de hablar de un "interés mutuo". "Sabemos que nuestra herencia multicultural es una fuerza, no una debilidad", dijo más adelante. "Somos una nación de cristianos y musulmanes, judíos e hindúes y de ateos. Fuimos formados por cada idioma y cultura de cada extremo de esta Tierra". Obama se dirigió también a los gobernantes del mundo que "tratan de alentar el conflicto o culpar de los males de sus sociedades a Occidente". "Sepan --les dijo-- que sus pueblos los juzgarán por lo que puedan construir, no por lo que puedan destruir". Igualmente tuvo unas palabras para dictadores, corruptos y represores. "Para quienes se aferran al poder mediante la corrupción y el engaño y el silenciamiento de la oposición, sepan que están en el lado equivocado de la historia", dijo. "Pero les extenderemos una mano si demuestran voluntad de abrir el puño". La condición de extender una mano a aquellos que puedan "abrir el puño" era equivalente en decirles que Washington no dará el primer paso. Obama había dicho durante la campaña que si llegaba a la presidencia promovería un "diálogo sin precondiciones" con gobernantes adversarios de la región como el cubano Fidel Castro y el venezolano Hugo Chávez. En una entrevista difundida la semana pasada, insinuó ya un cambio en esa propuesta. El entonces presidente electo dijo que dialogaría con todos aquellos que lo deseen siempre que sea "conveniente a nuestros intereses". Obama tuvo también un mensaje para "las naciones pobres". "Nos comprometemos a trabajar con ustedes para hacer que sus granjas florezcan y las aguas limpias fluyan; que los cuerpos hambrientos tengan qué comer y las mentes hambrientas con qué nutrirse", dijo. Dirigiéndose a las naciones ricas, Obama les recordó que "no podemos darnos el lujo de la indiferencia ante el sufrimiento más allá de nuestras fronteras; y tampoco podemos consumir los recursos del mundo sin preocuparnos de sus efectos". "Porque el mundo ha cambiado, debemos cambiar con él", comentó.
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