CIUDAD DE MEXICO, (Reuters).- Las autoridades mexicanas investigan desde el viernes a un presunto narcotraficante, que declaró que en los últimos 10 años había disuelto a unas 300 personas en sosa cáustica cerca de la fronteriza ciudad de Tijuana.
El Ejército informó en un comunicado que Santiago Meza, conocido como “El Pozolero”, confesó haber disuelto los cuerpos en hidróxido de sodio, tras haber sido detenido el jueves en un operativo contra el narcotráfico en las afueras de la violenta ciudad de Tijuana. Fuentes militares confirmaron que es posible que López esté diciendo la verdad.
Meza, de 45 años, dijo que lleva entre nueve y diez años practicando la disolución de cuerpos. “En todo ese tiempo fueron 300, se deshacían en 24 horas”, dijo Meza a los periodistas.
El apodo de López se debe al típico platillo mexicano llamado “pozole”, una sopa con granos de maíz, que incluye carne de cerdo, pollo o res.
Más de 700 personas murieron el año pasado en Tijuana, en la frontera con Estados Unidos, como parte de los sangrientos enfrentamientos entre bandas rivales de narcotraficantes por el control de las rutas para el tráfico de drogas.
Docenas de personas han desaparecido y la policía ha encontrado restos humanos presuntamente disueltos en ácido en los alrededores de la zona.
El Gobierno del presidente Felipe Calderón ha enviado a cientos de tropas militares a combatir al narcotráfico en distintos estados, pero “la guerra del narco” dejó 5,700 muertos en México en 2008, más del doble de lo registrado el año previo.
Sin embargo, las matanzas desde el comienzo de 2009 no dejan de aumentar. En las últimas 24 horas, al menos 25 personas han sido asesinadas en el país, entre ellos un ex jefe policial que fue acribillado en la sureña ciudad de Oaxaca y dos hombres decapitados en la localidad de Celaya.
El recuerdo de víctimas incluye a un niño de tres años y dos adultos, que murieron en una casa del municipio de Vicente Guerrero, en el norteño estado de Durango. Un comando armado irrumpió en la vivienda a tiros y lanzó una granada y hay una persona desaparecida.
En el estado de Chichuahua, murieron unas 17 personas desde el jueves en la noche, según recuentos de prensa.
El jefe policial asesinado en Oaxaca fue identificado como Aristeo López Martínez se desplazaba en un vehículo deportivo con su hijo, que resultó ileso, cuando fue asesinado.
En Celaya, una ciudad del central estado de Guanajuato, las autoridades encontraron dos cabezas humanas abandonadas en el estacionamiento de la suprocuraduría de Justicia y la Unidad Mixta de Atención al Narcomenudeo, con “narcomensajes”.
Según las autoridades, junto a las cabezas se habían colocado cartulinas con mensajes de presuntos miembros del grupo narcotraficante de “Los Zetas” dirigidos contra el cártel de “La Familia Michoacana”. Los cuerpos aparecieron en otro sitio, envueltos en una lona.
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