La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, declaró el estado de emergencia agropecuaria ante la severa sequía que afecta al país, la peor registrada en más de 70 años.
El esperado anuncio, por el que habían presionado las organizaciones del agro, estableció la prórroga de un año en el pago de impuestos para los productores afectados por la escasez de lluvias.
"Es un gran esfuerzo que hacen todos los argentinos, porque no hay ningún otro sector de la actividad económica que tenga estos beneficios", declaró Fernández en una conferencia de prensa en la residencia de Olivos, en Buenos Aires, rodeada de sus ministros. Y agregó: "Ni empresarios de la construcción, ni hoteleros, ni dueños de restaurantes (...) nadie deja de pagar impuestos si el negocio va mal".
Para muchos, el anuncio puede leerse como un gesto de acercamiento hacia el campo, con el que la presidenta mantiene una tensa relación desde que el sector llevó a cabo una serie de paros masivos durante 2008, en contra del aumento de los aranceles a la exportación de granos.
Sin embargo, representantes del agro se mostraron insatisfechos con la medida. "Lo anunciado está muy lejos de resolver la situación", dijo el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi.
Por su parte, el representante comercial de la FAA, Cristian Roca, le dijo a BBC Mundo que "lo único que hace esta declaración es postergar el pago de impuestos, y eso al productor no le sirve para nada, cuando ha perdido toda su cosecha".
El esperado anuncio, por el que habían presionado las organizaciones del agro, estableció la prórroga de un año en el pago de impuestos para los productores afectados por la escasez de lluvias.
"Es un gran esfuerzo que hacen todos los argentinos, porque no hay ningún otro sector de la actividad económica que tenga estos beneficios", declaró Fernández en una conferencia de prensa en la residencia de Olivos, en Buenos Aires, rodeada de sus ministros. Y agregó: "Ni empresarios de la construcción, ni hoteleros, ni dueños de restaurantes (...) nadie deja de pagar impuestos si el negocio va mal".
Para muchos, el anuncio puede leerse como un gesto de acercamiento hacia el campo, con el que la presidenta mantiene una tensa relación desde que el sector llevó a cabo una serie de paros masivos durante 2008, en contra del aumento de los aranceles a la exportación de granos.
Sin embargo, representantes del agro se mostraron insatisfechos con la medida. "Lo anunciado está muy lejos de resolver la situación", dijo el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi.
Por su parte, el representante comercial de la FAA, Cristian Roca, le dijo a BBC Mundo que "lo único que hace esta declaración es postergar el pago de impuestos, y eso al productor no le sirve para nada, cuando ha perdido toda su cosecha".
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